Me senté lentamente cerca de la bruja, con suma desconfianza. En aire soplaba con más fuerza, sentía el golpe de la tierra contra mi piel.—Es algo insoportable. —dije, quejándome, para que ella comenzara a hablar conmigo.Era de esa clase de comentarios que uno realiza cuando quiere platicar con alguien. No funcionó, ella puso los ojos en blanco, en una expresión total de fastidio.—No has soportado demasiado. —contestó ella. —No sabes lo que es el verdadero dolor.Tragué saliva, nerviosa, debía guardarme el orgullo y las ganas de querer responderle.—Lo siento, lamento que tu si hayas tenido que sufrir más. —murmuré, con la voz suave.Ella me miró con más compasión.—¿Puedo preguntarte algo? —dije, con los ojos fijos en ella.El contacto visual no le estaba agradando. Tenía miedo, podía olerlo, su cuerpo exudaba temor.—Dime, loba híbrida. —respondió, esta vez de una manera más amable.—¿Por qué abandonaste a Goth? —pregunté, sosteniéndole la mirada.Necesitaba saber, era algo que n
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