Pude observarla salir apresuradamente del establecimiento. No me había percatado de su presencia, hasta que uno de mis amigos del equipo de futbol de mi antigua escuela o mejor dicho actual escuela, me señaló hacia donde ella estaba sentada con cara de aburrimiento, tamborileando su pie para matar el rato, supongo. Cuando me pilló mirándola, se puso mas blanca que un papel. Se había petrificado en su sitio, sin siquiera pestañear. Tampoco aparte la vista de ella en ningún momento, salvo cuando otra chica -cuyo nombre desconozco- se paró en frente de ella señalando unas bolsas de compras en su mano, mientras sonreía como desquiciada. De repente, la chica se sentó al lado de Allison con un gesto de preocupación. Se mantenía cabizbaja, como si le hubiera afectado mi repentina llegada a éste sitio. Después de unos minutos, la otra chica comenzó a decir algo imperceptible a mis oídos, se levantaron y se fueron. Me había ido hace un año a vivir en Los Angeles junto con mi padre. Al princ
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