Lucero llego a Nueva York sin que nadie pudiera evitarlo, cuatro meses alejada de Eros le suponían la superación del amor que nunca fue, de ese enamoramiento juvenil tonto y sin sentido, pero solo le basto con que Dulce le dijera que Eros intento matarse y nada ni nadie pudo evitar que regresara, claro que a todos les dijo que era por el próximo matrimonio de Neri, aun cuando subió a la camioneta blindada se lo preguntó ¿hubiera regresado para la boda de Neri? Ni ella sabía la respuesta, no quería ver a Eros, pero soñaba con él cada noche, debería odiarlo, pero no podía, sentía la boca de Eros recorrer su cuello, tomar sus labios, y no sentía asco, sino deseo, recordaba el roce de sus cuerpos y el sonido de estos al chocar y se le hacía imposible no sentir el calor recorrer su cuerpo, pero lo que más recordaba eran sus ojos, esos que parecían esmeralda
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