A la mañana siguiente, los ojos de Elena se estaban abriendo nuevamente, por unos segundos, se le había olvidado completamente que no podía hablar por mucho que lo intentara. Claudia estaba enfrente de ella revisando sus signos vitales, asegurándose de que todo estuviera en orden y aplicando los medicamentos matutinos que les tocaba.Elena quería preguntarle tantas cosas, necesitaba más detalles, estaba demasiado frustrada, la vida no había tenido suficiente con arrebatarle la voz, también tenía que quitarle sus recuerdos más recientes, dejándola a medias y más vulnerable de lo que había estado jamás. No sabe qué es peor, si la incapacidad de hablar, o el hecho de no poder recordar los hechos que la habían llevado hasta allí.Se sentía débil, siempre había tenido el control de su vida, para bien o para mal, había tomado sus propias decisiones desde que fue lo suficientemente mayor como para hacerlo, ahora no se había convertido en más que una inútil, una carga para ella misma, estaba
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