39. El universo no comete errores
‘ Mírame, Logan. Te contaré todo; lo que veía por la ventana cuando era niña, lo que soñaba en las noches de tormenta, los libros que leía, cómo se llamaba mi gato. Hasta te contaré sobre el don de mi madre, al que yo llamo adivinación y ella, simplemente, prestar atención a los detalles. ‘Me incorporo en la cama con lágrimas en los ojos. He soñado con Logan cada noche desde que se fue. Una cosa lamento más que nada, que nos despedimos sin mirarnos. Ambos mantuvimos nuestras miradas en diferentes direcciones, como si el acto de separarnos fuera más fácil de sobrellevar sin el contacto visual directo. Con la tristeza flotando a nuestro alrededor, sus palabras resonaron con un tono de desesperanza sin opción para un reencuentro futuro.- Ojalá que todo hubiera sido diferente - dijo en voz muy baja, se detuvo por un segundo en el que pensé levantaría la cabeza y me miraría, pero se dio la vuelta y se fue. Verlo marcharse fue tan duro como saber que somos hermanos. Mamá y yo hemos hab
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