29. Es una promesa, Jesan
- Te ves tan linda despeinada, aquí a ladito de mi almohada. - pienso embelesado con el cuerpo de Jesan entre mis brazos. Ya está más tranquila. La pesadilla la dejó inquieta pero parece que ya está mejor cuando se mueve y trata de incorporarse.La aprieto para invitarla a que sigamos así pero me dice que tiene sed, así que me levanto para atenderla. Estoy feliz. Pasamos la noche juntos. Desperté con ella en mi cama. Y quiero que pasemos el resto del día juntos. Mientras busco la bata para cubrirla, no puedo dejar de pensar en lo mucho que la deseo, en las ganas que tengo de tomarla en este mismo instante y hacerle el amor. Pero, primero lo primero. Ya que nos vamos a levantar deberíamos desayunar también. Sí, aunque mi pene esté más que listo para la acción.Verla es un deleite. Me gusta así, pequeña, descalza, complicada, sencilla, cuando no está arreglada, sin maquillaje, sin ropa. No quisiera cubrir su desnudez pero hace frío, lo mejor es que estemos cubiertos para comer. Ya nos
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