—Eres insaciable Tati, cada día más intensa—comenta el apuesto Erick, mientras arregla su corbata, dentro de su oficina. —Ja, ja, ja, amor cada vez me cuesta, más ocultar lo nuestro—lo rodea Tatiana por la cintura —Tienes que hacer un esfuerzo, hazlo por mí—él hace ligeramente pucheros—arréglate cariño. —Ya me arreglé—comenta Tati, Erick abre sus ojos como un plato y murmura mentalmente: «Wao merezco un óscar, con qué mujer tan fea, me estoy acostando». Ladea la cabeza, éste arrogante galán. —Amor tenemos una conversación pendiente—apunta Erick. —Si cariño, cuando quieras hablamos, mientras tengo que finiquitar los detalles de la junta, acomodar los balances, que debes de presentar, para que solo dirijas la reunión como siempre—esboza un sutil suspiro, la muy tonta enamorada. —Gracias, que haría yo sin ti, mi tati tan… audaz—se reserva la palabra “Linda”, le da un ligero beso en los labios. Sale Tati y se acomoda en su escritorio, sonríe con picardía, al recordar todo lo, que a
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