Lucharé por ella, te lo aseguro.
La tensión invadía a madre e hijo en la entrada de esa casa, humilde para ellos, pero muy valiosa para su dueña. Francesco impacientado volvía a tocar la puerta, no podía seguir esperando un minuto más para ver a su hija.—Un momento por favor.— repitió Alice, parecía estar agitada, caminando de un lado al otro.— Aron, llegaste tempra…—¿Dónde está mi hija?— preguntó Francesco de inmediato, ya no venía los ojos de Alice como las veces anteriores, cegado por lo que le había dicho su madre, ahora el odiaba a esta chica que aún no conocía. —¿Tu hija? ¿De qué hablas?— Alice estaba totalmente confundida, ¿Qué estaba ocurriendo?—Amiga, quien tocaba con tanta…— Roxana se unía a la reunión, quedando de igual forma, pasmada al ver de quién se trataba.—Si, mi hija, la que ocultaste todo este tiempo, tengo todo el derecho de verla y estar con ella, así tú hayas querido ocultármela por siempre, ¿Por qué lo hiciste? Yo también tenía el derecho.— decía Francesco con la voz quebrada, fu
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