Roxana tenía razón, no tenía sentido que Zia le pidiera tal cosa a Alice, pero el amor que esta última sentía aún por Francesco, estaba decidido en que lo mejor era la paz mental del padre de su hija. Paz mental que estaba bien, Francesco solo sintió dolor de cabeza otra vez cuando vio por primera vez a Alice, del resto nunca más volvieron. Él aprendió rápidamente a controlar los negocios familiares, su vida volvía a ser medianamente igual a como lo era antes del accidente, solo por pocos detalles no lo era y el más importante: su madre y las mentiras.Pero Alice había sido engañada fácilmente, el solo hecho de pensar en que ella podía atormentarle la vida a Francesco era suficiente para posponer por tiempo indefinido el presentarle a su hija. —Te he apoyado en muchas cosas amiga y en esto puedo discernir, pero la verdad que sin más información concreta no puedo dar otra opinión.— siguió diciendo Roxana mientras desayunaba antes de irse al trabajo.—¿Por qué razón Zia me me
Zia quedó paralizada por la impresión, venía caminando por el sendero “disfrutando” de la naturaleza y su padre la frenó en seco, encendiendo su pipa, recostado de un árbol algo alejado de la entrada principal de la cabaña. Ella estaba convencida de que nadie la había visto y que nadie la vería volver, pero estaba equivocada, nada más y nada menos que su padre la estaba esperando a que volviera de su “paseo”.—Disfrutando de la naturaleza, es obvio, o, ¿Acaso no puedo salir a dar un paseo?— respondió Zia, haciéndose la desentendida ante la mirada furiosa de su padre. —¿Tú disfrutando de la naturaleza?— volvió a preguntar Vito, separándose del árbol y acercándose a su hija.— hasta aquí me pega tu hedor, hueles a perfume de hombre barato. —No sé, no sé de qué estás hablando, estarás cansando por el viaje, iré por una cerveza.— decía Zia tartamudeando e intentando alejarse de su padre, pero este la sujetó del brazo con fuerza, deteniendo su paso. —Hueles al perfume pobre, de
Todos volvieron a la ciudad, algunos renovados y otros atormentados. Zia en especial estaba necesitada de dinero, hacía más de una semana que no tenía ni un centavo consigo, viviendo solo de apariencias. Pero no podía pedirle dinero a Francesco, ¿Cómo le explicaría a su prometido que necesita dinero si su familia es millonaria?Por esto debía pensar bien como chantajear a su suegra todo debía ser perfecto y sin levantar sospechas, de esto dependía poder tener su dosis de droga que era su amor y devoción al dinero. Lo primero fue quitarle un auto prestado a su padre, nadie podía saber a dónde iba, ni mucho menos qué haría, después, desde una biblioteca pública usar una computadora para enviarle las fotografías a Marlene. “Buenos días señorita Marlene”Empezaba a escribir Zia, desde una nueva cuenta de correo electrónico, prácticamente imposible de descubrir quién la enviara, dado que cientos de personas entran a esta biblioteca al día. “He descubierto su secreto, la pequeña C
Después de la puesta de sol, Marlene le ordenó a su jefe de seguridad y chófer, que la llevara a una dirección, era la casa de Alice, o por lo menos dónde estaba viviendo, tanto misterio no servía de nada, dado que John ya lo sabía todo. Se detuvieron del otro lado de la calle y Marlene no hizo ni dijo nada más, solo se quedó viendo hacía la puerta, igual que Han hace un día. John no entendía nada, él esperaba que su jefa enfrentara a Alice por las fotos, pero no fue así, después de estar ambos en silencio por más de media hora, Marlene le indicó a su chofer que la llevara a su casa.Ahora solo quedaba esperar que se acercara la media noche para ir al las inmediaciones del parque McMillan, dejar los veinte mil dólares en el bote de basura y seguir esperando que su secreto estuviera a salvo. ¿Hasta cuándo podía ser esto así? ¿Cuántas veces tendría que ir a llevar esa cantidad de dinero a ese lugar a la media noche? Mientras no tuviera un plan concreto, Marlene debía cumplir co
Al caer la noche en la mansión Rucci, todos se preparaban para una cena de gala organizada por Francesco, nadie sabía el motivo de tal celebración, pero de igual forma todos estaban vestidos elegantemente a la espectativa del evento.Solo faltaba un invitado para dar inicio a la celebración, Mike, quien había pasado antes por un bar para tomarse unos tragos. —Bien ya que estamos todos, gracias Mike por venir, los he convocado esta noche para anunciarles una fecha para nuestra boda.— decía Francesco, después de tocar una copa con una cuchara para llamar la atención de los demás.Zia volteó asombrada hasta donde estaba su prometido, ella no tenía ni idea de esto, es más, si la apuraban ella podía jurar que en lo que quedaba de año no habría boda.—Quiero brindar, por esta pronta unión, será en un mes exactamente, salud.— continuaba hablando Francesco, levantando su copa al aire y todos lo siguieron.—Salud.Vito sonreía de forma exagerada, él no creía que su hija fuera capaz d
La tensión invadía a madre e hijo en la entrada de esa casa, humilde para ellos, pero muy valiosa para su dueña. Francesco impacientado volvía a tocar la puerta, no podía seguir esperando un minuto más para ver a su hija.—Un momento por favor.— repitió Alice, parecía estar agitada, caminando de un lado al otro.— Aron, llegaste tempra…—¿Dónde está mi hija?— preguntó Francesco de inmediato, ya no venía los ojos de Alice como las veces anteriores, cegado por lo que le había dicho su madre, ahora el odiaba a esta chica que aún no conocía. —¿Tu hija? ¿De qué hablas?— Alice estaba totalmente confundida, ¿Qué estaba ocurriendo?—Amiga, quien tocaba con tanta…— Roxana se unía a la reunión, quedando de igual forma, pasmada al ver de quién se trataba.—Si, mi hija, la que ocultaste todo este tiempo, tengo todo el derecho de verla y estar con ella, así tú hayas querido ocultármela por siempre, ¿Por qué lo hiciste? Yo también tenía el derecho.— decía Francesco con la voz quebrada, fu
Lo que al principio un mes parecía bastante poco para la boda, ahora se presentaba como una tortura para Zia, la vida de Francesco había cambiado para siempre, tenía una nueva razón para luchar en su vida: recuperar el tiempo con su hija.Igualmente Zia buscaría la manera de sacarle dinero a su suegra, pero ¿Cómo? Marlene había ganado que Francesco le creyera todo a ella, sin importar lo que seguramente le habría dicho Alice. “Fallaste con mi pago (escribía Zia en un nuevo correo, obviamente no podía dar indicios de que sabía algo más o se delataría) eso me obliga a presentarme ante tu hijo y contarle toda la verdad”Mientras esperaba la respuesta de Marlene, Zia pensaba cómo seguir chantajeándola, pero nada concreto venía a su mente. Aunque de nada serviría igual su amenaza, Marlene ni siquiera respondió al correo, dejando a Zia con las manos vacías, ahora con John presionándola para que dejara a Francesco, ¿Acaso está loco? Pensaba ella, quien en su sano juicio dejaría a un mu
Francesco se había convertido en el hazmerreír de su prometida, ella se revolcaba con otro hombre las veces que quería, inventando cualquier excusa, que cada vez sonaban más estúpidas y sin sentido. Ahora tenia el camino más libre, Francesco tenía tantas cosas en su cabeza que él no ver con Zia en la noche le daba la oportunidad de seguir pensándolo todo, menos que su futura esposa se entregara carnalmente al jefe de seguridad de su familia.¿Cómo Alice pudo decirme a la cara que me amaba y me ocultó a mi hija tanto tiempo?¿Yo la amaba? Pesaba Francesco, sirviéndose otro whisky doble, buscando que con el alcohol sus tormentos se redujeran. Desde el momento en que Francesco volvió a ver a Alice supo que ella no era una simple chica, su pasado había sido tan fuerte que aún sin recordar nada, su corazón se estremeció solo con verla.La mañana del martes había llegado, el equipo de abogados de la familia Rucci, había preparado un documento donde obligaban prácticamente a Alice a pr