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Todos los capítulos de Alias: El Búlgaro: Capítulo 71 - Capítulo 80
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#18:
Alexis:Bebo unos sorbos de la copa mientras observo la mirar por la ventana cómo el avión se aleja la tierra firme. A pesar de la horrible ropa de hospital sigue siendo sexi, aunque prefiría verla enfundada en un vestido veraniego, ya que así podría ver su suave piel brillar al sol. Por su expresión de tranquilidad, me pregunto qué estará pensando, y si se arrepiente de algo. De todos modos no importa. Me la hubiera llevado conmigo sí o sí. Como si notara mi mirada en la nuca, se gira hacia mí. —¿Cómo supieron de mí? —pregunta en voz baja—. Me refiero a los hombres que me secuestraron. ¿Cómo sabían de mi existencia? Me pongo tenso al oír la pregunta. Mi mente recrea esas horas previas e infernales al ataque en el hotel y, por un momento, vuelvo a ser presa de esa mezcla inestable de furia abrasadora y miedo paralizante. Ella podría haber muerto. De hecho, habría muerto si no la hubiera encontrado justo a tiempo. Incluso si les hubiera dado lo que quería Stromae, la hubieran
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#19:
Alexis:—Acércate —digo con voz ronca mientras, mientras mi verga salta contra la bragueta de mi pantalón. Se me queda mirando con esos ojos negros, pero se acerca dubitativa, insegura, como si fuese a atacarla en cualquier momento. Vuelvo a inspirar hondo para tranquilizarme. Sin embargo, cuando ya está cerca, me inclino hacia delante y con fuerza la agarro de la cintura para ponerla entre mis piernas. Su piel es lisa y muy suave al tacto; su cintura es tan pequeña que puedo rodearla con un solo brazo Tanto su vulnerabilidad como su belleza me ponen muy cachondo. Le desabrocho el sujetador para liberarle los pechos del confinamiento. Se me seca la boca y el cuerpo se me tensa al ver deslizarse el sujetador por los brazos. Aunque ya la haya visto desnuda antes, este nomento es especial, porque se entrega a mí por voluntad propia.Sus pezones son pequeños y de color rosáceo y sus pechos de la misma tonalidad que su cuerpo. No me puedo contener más y estrujo sus suaves montañi
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#20:
Amy:Debo de haberme quedado dormida en brazos de Alexis porque me despierto cuando el avión comienza a descender. Abro los ojos y miro a mi alrededor; estoy irritada y dolorida por las relaciones que acabamos de mantener. Se me hace extraño que él fuera tan brusco está vez, cuando fue tan delicado la anterior...pero me encantó. Siempre he sospechado que me gusta el sexo duro. Uncluso, recuerdo que me exasperaba cuando un chico era demasiado delicado a la hora de besarme.Al parecer, estaba buscando esto...lo que me hace Alexis, esta catarsis de dolor y éxtasis. Me hace sentir sucia y excitada al mismo tiempo, exhausta, pero fortalecida por el torbellino de sensaciones que desata en mí. Me siento con cuidado y me estremezco cuando las sábanas entran en contacto con el trasero magullado. Ha sido una de las sesiones de azotes más intensas; no me sorprendería que los moratones no desaparecieran hasta dentro de un tiempo. Al echar un vistazo a la habitación veo una puerta que supongo d
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#21:
Amy:Lo miro y se me contrae el pecho al tiempo que empiezo a entender. Esto que quiere, no es un gesto dulce y romántico por su parte. No lo hace porque me quiere y quiere formar una familia conmigo; así no funciona él. El matrimonio justificará que me posee, me hará legalmente de su " propiedad", así nadie podrá interferir en lo que hacemos, ni su madre ni mi padre, es así de simple. Sería una forma diferente de posesión, una forma más permanente… y algo dentro de mí se revuelve contra tal idea. —Lo siento —digo aun así, armándome de coraje—. No estoy preparada para esto. Si te parece, ¿lo hablamos en otro momento? Su expresión se endurece, sus ojos se convierten en trozos de hielo verde. De repente me suelta, retrocede un paso. —Está bien. —Su voz es tan fría como su mirada—. Si así quieres jugar, motita, lo haremos a tu manera. Se mete la mano en el bolsillo, saca un teléfono y empieza a escribir. Una sensación perversa me retuerce el estómago. —¿Qué estás haciendo? —N
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#22:
Amy:Un golpe en la puerta interrumpe mis reflexiones medio histéricas. Las mujeres se apresuran a responder y oigo que Alexis, dando órdenes en italiano. Volviéndose hacia mí, las mujeres se despiden y salen deprisa. En cuanto se van, él entra en la habitación. A pesar de todo, no puedo evitar mirarlo fijamente. Vestido con un esmoquin negrointenso que abraza su torso, un poderoso marco para esa perfección, mi futuro esposo es impresionante. Mi mente viaja a nuestra sesión de sexo brutal en el avión y se me acumula calor húmedo entre los muslos, incluso los moratones de las nalgas comienzan a latirme al recordarlo. Él me está observando también, con su mirada caliente y posesiva mientras me recorre entera. —¿No da mala suerte que el novio vea a la novia antes de la ceremonia? —Intento inyectar tanto sarcasmo a mi voz como puedo, tratando de obviar el efecto que tiene sobre mis sentidos. En este momento, lo odio casi tanto como lo amo y me molesta mucho que quiero abalanzarme so
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#23:
Alexis:Ni medio segundos después, el celular vuelve a sonar. Se lo quito de las manos y respondo a la video llamada, el rostro de Augusto Cuellar llena la pantalla.—Escúchame bien, cretino. Estas muy equivocado si crees por un momento que...—Entiendo su preocupación, señor Cuellar.Sin embargo, dentro de unos minutos Amy será mi esposa, mi responsabilidad. Le aseguro que cuidaré de ella y haré todo lo posible para que sea feliz. No tiene nada de qué preocuparse, un Ivanov siempre cumple lo que promete.Augusto me lanza una mirada envenenada, y aprieta su mandíbula, pero esta vez permanece en silencio. Es mariela quien habla a continuación: —Te agradeceríamos poder hablar con ella con regularidad para asegurarnos de que está bien. —Por supuesto. No tengo ningún problema en concederles ese privilegio. Cuelgo y ella me contempla con la frente arrugada, como si no creyera ni una palabra de lo que he dicho. Con ese vestido largo y blanco y con el cabello recogido parece una princes
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#24:
Amy:Me volví a quedar dormida en el avión, aunque no sé cuánto tiempo duró el vuelo. Alexis me despierta antes de aterrizar y lo sigo adormilada. Un aire cálido y húmedo me da en la cara nada más desembarcar; es tan sofocante que parece una manta mojada. Vaya que Italia es, creo incluso es más calurosa que España , donde suele hacer unos dieciséis grados,pero esto parece una sauna. Llevo puestas las botas de invierno y un suéter de lana y me estoy cociendo. —¿Dónde estamos? —pregunto según me voy espabilando. Oigo el chirrido de los insectos y el aire huele a vegetación abundante, a trópicos—. Me refiero a en qué parte del país. —En las afueras de Palermo—contesta él al tiempo que me guía hacia un todoterreno al otro lado de la pista —. De hecho, estamos exactamente en el límite de las tierras de mi padre. Levanto la mano para rascarme el rabillo del ojo. No sé mucho de geografía, pero parece que se trata de un lugar remoto. —¿Hay algún pueblo o ciudad cerca? —Por supuesto —re
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#25:
Alexis: Me inclino y le paso el brazo por debajo de las rodillas para levantarla y llevarla al baño donde nos están preparando el jacuzzi. No pesa casi nada debido a su constitución pequeña.«Mi esposa». Ahora ella es mi esposa.La enorme satisfacción que me invade al pensar en ello no tiene mucho sentido, pero no quiero ahondar en eso. Es mía y eso es lo que importa. Me acostaré con ella y la consentiré y ella, a cambio, satisfará todos mis deseos sin importar lo oscuros o retorcidos que sean.Me entregará su cuerpo entero y yo lo aceptaré. La poseeré por completo y después le exigiré más.Sin embargo, esta noche le voy a dar todo lo que quiera. Seré dulce, amable y tan cariñoso como cualquier marido con su nueva esposa. Por ahora, el sádico que hay dentro de mí está tranquilo,conforme. Ya habrá tiempo para castigarla después por mostrarse reacia en la iglesia. En este momento,no deseo hacerle daño; solo quiero tenerla entre mis brazos, acariciar su piel sedosa y sentir cómo seest
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#26:
Amy:Cuando despierto por la mañana, él ya se ha ido. Al salir de la cama voy directa a la ducha, me noto sucia y sudada tras la pasada noche. Ambos nos quedamos dormidos después de haber hecho el amor, demasiado agotados como para lavarnos o para cambiar las sábanas mojadas. Más tarde, justo antes de amanecer, Alexis me despertó penetrándome otra vez. Sus manos habilidosas me llevaron al orgasmo antes de que me hubiera despertado del todo. Es como si siempre quisiera más de mí y su alta libido se disparara. Por supuesto, yo también quiero más de él. Se me dibuja una sonrisa al recordar la pasión ardiente de la noche anterior. Me prometió la noche de bodas de mis sueños y lo cierto es que me la dio. Ni siquiera recuerdo cuántos orgasmos he tenido durante las últimas veinticuatro horas. Por supuesto, ahora estoy aún más dolorida, tengo mi interior en carne viva de follar tanto. Sin embargo, me siento mucho mejor hoy, tanto física como mentalmente. Los moratones de los muslos est
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#27:
Alexis:La encuentro sentada junto a la piscina, descansando con un libro debajo de una sombrilla. Tiene las delgadas piernas cruzadas por los tobillos y lleva puesto un bikini blanco sin tirantes. La piel dorada le brilla con gotitas de agua. Debe de haber estado nadando hace poco. Al oír mis pasos se sienta y deja el libro en la mesa de al lado. —Hola —dice con suavidad cuando me acerco a su hamaca. Las gafas de sol que lleva son demasiado grandes para su cara tan pequeña: parece una libélula. Me anoto mentalmente que cuando vaya a Roma tengo que comprarle unas que le queden mejor. —Hola, motita—murmuro, sentándome en su hamaca. Alzo la mano, le quito las gafas y me inclino hacia adelante para darle un beso corto pero profundo en la boca. Sabe a sol con esos labios suaves y tiernos; la polla se me pone dura por la proximidad de su cuerpo casi desnudo. «Esta noche», me prometo al levantar la cabeza. «La volveré a poseer esta noche». —¿Sobre qué iba la reunión de esta mañana? —
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