Alexis:—Mierda, ¡ten cuidado con eso!— ladro, y la enfermera me mira con odio.A mi alrededor se desatan las tostadas de mi tío y mi hermano y les lanzo una mirada envenenada.—Por favor, hermano, no te desquites con la pobre mujer, solo hace su trabajo.La condenada enfermera termina de limpiar la herida que tengo en el hombro izquierdo, coloca un nuevo vendaje y se marcha, a ruda prisa.—Con todo y que hiciste una prueba beta del enjambre con esos cabrones, aún me parece increíble que sobrevivieras— comenta Velkan, contemplándome con orgullo.—No fue nada del otro mundo, Harold Stromae quería nuestro armamento, yo solo lo complací.El tío Evan se me queda mirando con una expresión que reconozco.—¿Alguna vez te han dicho lo mucho que...?— susurra, no lo dejo terminar.—Sí, Viktoria y Sandro me lo han dicho miles de veces. Que soy muy parecido a Alexis, el viejo lobo. —Sí, es cierto que eres muy parecido físicamente al bisabuelo. Exceptuando el color de los ojos, claro—comemta Velka
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