Amy:Las veinte y cuatro horas posteriores se desdibujan en mi memoria. Después de incorporarme, me sentí mareada y desorientada; me dolía la cabeza y todas las articulaciones, como si todo mi cuerpo fuera un enorme moretón. Escuchaba un estruendo de fondo y parecía como si todo lo que me rodeaba se fuera volviendo cada ves más irreal y me llegara de muy lejos. Creo que en algún momento ,me había desmayado por la explosión, pero no estoy segura. Cuando me recuperé lo suficiente para caminar, vi que el fuego que consumía el almacén se había apagado prácticamente en su totalidad. Aturdida, subí por la colina y empecé a buscar entre las ruinas humeantes. A ratos encuentré cosas que parecían extremidades chamuscadas y, en un par de ocasiones, descubrí algún cadáver que parecía entero. No sé qué demonios se apoderó de mí, pero parecía estar en modo automático. La escena es grotesca, pero no terminoñaba de procesarla. Me sentía indiferente, como si no estuviera allí en realidad. Nad
Alexis:—Mierda, ¡ten cuidado con eso!— ladro, y la enfermera me mira con odio.A mi alrededor se desatan las tostadas de mi tío y mi hermano y les lanzo una mirada envenenada.—Por favor, hermano, no te desquites con la pobre mujer, solo hace su trabajo.La condenada enfermera termina de limpiar la herida que tengo en el hombro izquierdo, coloca un nuevo vendaje y se marcha, a ruda prisa.—Con todo y que hiciste una prueba beta del enjambre con esos cabrones, aún me parece increíble que sobrevivieras— comenta Velkan, contemplándome con orgullo.—No fue nada del otro mundo, Harold Stromae quería nuestro armamento, yo solo lo complací.El tío Evan se me queda mirando con una expresión que reconozco.—¿Alguna vez te han dicho lo mucho que...?— susurra, no lo dejo terminar.—Sí, Viktoria y Sandro me lo han dicho miles de veces. Que soy muy parecido a Alexis, el viejo lobo. —Sí, es cierto que eres muy parecido físicamente al bisabuelo. Exceptuando el color de los ojos, claro—comemta Velka
Dos meses después:Amy:Estaba entretenida, chequeando noticias en el internet, cuando ví las fotos. él estaba tan hermoso e intrigante como siempre, posando con el fuerte alrededor de una chica rubia hermosísima. Quien sostenia un precioso ramo de risas blancas y sonreía a la camara.Él pie de la foto se leia claramente:Alina Volchenko y su novio.A Alina la conozco. Es la hermana menor de Irina, la directora del ballet Bolchoi.Por mucho que mis padres insisten en que regrese al ballet, no te go ganas de hacerlo. Desde hace meses no tengo ganas de nada, solo dormir y llorar, pero aquello es un golpe demasiado duro. Lancé el celular contra la pared y no me importó que se hizo pedazos. ¿Novio?Sentí tanta rabia y furia que grité contra la paredes.¡¿Él estaba de novio con otra, mientras yo deseaba morirme día con día?!Pero después, cuando la furia fue aminorando, solo me quedó un estado de tristeza tal, que estuve llorando sin parar por dos horas, y como no podía dormir, agarré di
Alexis:Hasta hace poco, la isla era el lugar más seguro para ella, pero ya no lo es. Ahora mis enemigos saben que existe y que es mi talón de Aquiles, por eso necesito que esté conmigo donde pueda protegerla. Se lame los labios y sigo con la mirada el camino que recorre su delicada lengua rosa. Quiero envolver su pelo abundante alrededor de mi mano y llevar su cabeza hasta mi entrepierna, pero consigo reprimir el deseo. Habrá tiempo de sobra para eso cuando estemos en un lugar más seguro y menos público. —¿Hablaste con mi padre? ¿ Llegaron a algún acuerdo?—Sus ojos son grandes e ingenuos cuando me mira, pero oigo el ligero deje desafiante en su tono de voz. Me está poniendo a prueba, tantea los límites de esta nueva etapa de nuestra relación. —No —Se me agranda la sonrisa y me estiro para ponerle un mechón de pelo detrás de la oreja. Me mira fijamente sin parpadear —No tuve tiempo —digo n voz baja. — Me gustaría poder llamarlos. —Muy bien, podrás hacerlo cuando lleguemos. —Le
Amy:Por causa del tráfico, el trayecto hacia el aeropuerto nos lleva poco más de una hora. Para mi sorpresa, no vamos al de Madrid; terminamos en una pequeña pista de aterrizaje en medio de la nada, donde nos espera un avión grande. Consigo distinguir las letras escritas en la cola del avión: G650. —¿Es tuyo? —pregunto cuando Alexis me abre la puerta del coche. —Sí. —No me mira ni entra en más detalles. Parece que está escrutando los alrededores con la mirada, como si buscara amenazas ocultas. Hay algo en su actitud que no recuerdo haber visto antes; por primera vez me doy cuenta de que la isla era tanto su santuario como un lugar donde podía relajarse de verdad y bajar la guardia. En cuanto me bajo del coche, me agarra el codo y me guía hasta el avión. El conductor nos sigue. No lo había visto antes, ya que había un panel que separaba los asientos traseros del coche de la parte delantera, así que le echo un vistazo mientras nos acercamos al avión. El chico debe de ser un integr
Alexis:Bebo unos sorbos de la copa mientras observo la mirar por la ventana cómo el avión se aleja la tierra firme. A pesar de la horrible ropa de hospital sigue siendo sexi, aunque prefiría verla enfundada en un vestido veraniego, ya que así podría ver su suave piel brillar al sol. Por su expresión de tranquilidad, me pregunto qué estará pensando, y si se arrepiente de algo. De todos modos no importa. Me la hubiera llevado conmigo sí o sí. Como si notara mi mirada en la nuca, se gira hacia mí. —¿Cómo supieron de mí? —pregunta en voz baja—. Me refiero a los hombres que me secuestraron. ¿Cómo sabían de mi existencia? Me pongo tenso al oír la pregunta. Mi mente recrea esas horas previas e infernales al ataque en el hotel y, por un momento, vuelvo a ser presa de esa mezcla inestable de furia abrasadora y miedo paralizante. Ella podría haber muerto. De hecho, habría muerto si no la hubiera encontrado justo a tiempo. Incluso si les hubiera dado lo que quería Stromae, la hubieran
Alexis:—Acércate —digo con voz ronca mientras, mientras mi verga salta contra la bragueta de mi pantalón. Se me queda mirando con esos ojos negros, pero se acerca dubitativa, insegura, como si fuese a atacarla en cualquier momento. Vuelvo a inspirar hondo para tranquilizarme. Sin embargo, cuando ya está cerca, me inclino hacia delante y con fuerza la agarro de la cintura para ponerla entre mis piernas. Su piel es lisa y muy suave al tacto; su cintura es tan pequeña que puedo rodearla con un solo brazo Tanto su vulnerabilidad como su belleza me ponen muy cachondo. Le desabrocho el sujetador para liberarle los pechos del confinamiento. Se me seca la boca y el cuerpo se me tensa al ver deslizarse el sujetador por los brazos. Aunque ya la haya visto desnuda antes, este nomento es especial, porque se entrega a mí por voluntad propia.Sus pezones son pequeños y de color rosáceo y sus pechos de la misma tonalidad que su cuerpo. No me puedo contener más y estrujo sus suaves montañi
Amy:Debo de haberme quedado dormida en brazos de Alexis porque me despierto cuando el avión comienza a descender. Abro los ojos y miro a mi alrededor; estoy irritada y dolorida por las relaciones que acabamos de mantener. Se me hace extraño que él fuera tan brusco está vez, cuando fue tan delicado la anterior...pero me encantó. Siempre he sospechado que me gusta el sexo duro. Uncluso, recuerdo que me exasperaba cuando un chico era demasiado delicado a la hora de besarme.Al parecer, estaba buscando esto...lo que me hace Alexis, esta catarsis de dolor y éxtasis. Me hace sentir sucia y excitada al mismo tiempo, exhausta, pero fortalecida por el torbellino de sensaciones que desata en mí. Me siento con cuidado y me estremezco cuando las sábanas entran en contacto con el trasero magullado. Ha sido una de las sesiones de azotes más intensas; no me sorprendería que los moratones no desaparecieran hasta dentro de un tiempo. Al echar un vistazo a la habitación veo una puerta que supongo d