Amy:A pesar del miedo y de la incomodidad, de alguna manera consigo quedarme dormida en la silla. Creo que no me resultó difícil porque después de todo lo que ha sucedido, estoy exhausta tanto física como mentalmente. Me despierto por el ruido de unas voces. El hombre del traje y el bajito, al que yo he llamado líder, están de pie delante de mí, colocando una gran cámara en lo alto de un trípode. Trago saliva, mientras los miro fijamente. Tengo la boca tan seca como el desierto del Sáhara y a pesar de todo el tiempo que ha pasado, no tengo ganas de orinar. Me imagino que eso implica que tengo una gran deshidratación. Al ver que estoy despierta, el de traje (he decidido llamarlo así)me lanza una sonrisa siniestra. —Es hora de que empiece el espectáculo. Veamos las ganas que tiene Alexis Ivanov de recuperar a su puta. Siento náuseas y giro la cabeza para ver a Katya. Está mirando fijamente al frente, con la rostro blanco y la mirada vacía. No sé si ha dormido algo, pero parec
Amy:Después de apagar la cámara la, sacan el cadáver de Katya a rastras y friegan el suelo sin miramientos, dejando algunas manchas de color marrón rojizo. Me las quedo mirando en silencio, con un horrible nudo en la garganta. Mis pensamientos van a otro ritmo mucho más lento, como si estuviera en estado de shock. Creo que lo estoy.Ya no tiemblo, aunque me estremezco de vez en cuando. Noto el dolor de mi estómago y me pregunto si estos cabrones planean matarme de hambre antes de que Alexis aparezca. Poco tiempo después me traen agua. Me bebo el vaso de golpe y con ganas; algunos hombres se ríen y dicen algo en árabe mientras se frotan la ingle de modo insinuante. Creo que realmente esperan que no aparezca Alexus para poder «jugar» conmigo antes de que el inglés se vaya. Por ahora, me dejan tranquila, por suerte. Hasta me dejan salir un momento para usar el baño, y el mismo tipo de antes ( ese tan impresionante) me vigila mientras me escondo entre entro y salgo del baño. Creo qu
Amy: Imagino que los hombres del otro extremo del almacén están dormidos, seguramente tendidos en mantas en el suelo. Creo que son más de ocho, lo que significa que Alexis se las ver negras para cmsacarnos de aquí. Vuelvo a mirarlo y me percato de que está abriendo las esposas de mis muñeca con una presilla, para luego cortar la soga que ata mis tobillos con un puñal. —¿Cómo has entrado? —susurro sin dejar de mirarlo, embobada. Él se detiene un segundo y me mira. —Calla, motita —dice en un tono casi inaudible—.Quiero que salgas de aquí antes de que los guardias se despierten. Asiento y me quedo callada mientras sigue cortando las cuerdas. A pesar de la situación de peligro en que nos hallamos, estoy casi rebosante de felicidad.¡Ha venido! Realmente lo dudaba, pero Alexis está aquí, conmigo.Ha venido a rescatarme. La oleada de gratitud y de algo más es tan fuerte,creo sentirme mareada por un momento . Quiero saltar sobre él y abrazarlo, pero me quedo quietecita mientras él t
Amy:Las veinte y cuatro horas posteriores se desdibujan en mi memoria. Después de incorporarme, me sentí mareada y desorientada; me dolía la cabeza y todas las articulaciones, como si todo mi cuerpo fuera un enorme moretón. Escuchaba un estruendo de fondo y parecía como si todo lo que me rodeaba se fuera volviendo cada ves más irreal y me llegara de muy lejos. Creo que en algún momento ,me había desmayado por la explosión, pero no estoy segura. Cuando me recuperé lo suficiente para caminar, vi que el fuego que consumía el almacén se había apagado prácticamente en su totalidad. Aturdida, subí por la colina y empecé a buscar entre las ruinas humeantes. A ratos encuentré cosas que parecían extremidades chamuscadas y, en un par de ocasiones, descubrí algún cadáver que parecía entero. No sé qué demonios se apoderó de mí, pero parecía estar en modo automático. La escena es grotesca, pero no terminoñaba de procesarla. Me sentía indiferente, como si no estuviera allí en realidad. Nad
Alexis:—Mierda, ¡ten cuidado con eso!— ladro, y la enfermera me mira con odio.A mi alrededor se desatan las tostadas de mi tío y mi hermano y les lanzo una mirada envenenada.—Por favor, hermano, no te desquites con la pobre mujer, solo hace su trabajo.La condenada enfermera termina de limpiar la herida que tengo en el hombro izquierdo, coloca un nuevo vendaje y se marcha, a ruda prisa.—Con todo y que hiciste una prueba beta del enjambre con esos cabrones, aún me parece increíble que sobrevivieras— comenta Velkan, contemplándome con orgullo.—No fue nada del otro mundo, Harold Stromae quería nuestro armamento, yo solo lo complací.El tío Evan se me queda mirando con una expresión que reconozco.—¿Alguna vez te han dicho lo mucho que...?— susurra, no lo dejo terminar.—Sí, Viktoria y Sandro me lo han dicho miles de veces. Que soy muy parecido a Alexis, el viejo lobo. —Sí, es cierto que eres muy parecido físicamente al bisabuelo. Exceptuando el color de los ojos, claro—comemta Velka
Dos meses después:Amy:Estaba entretenida, chequeando noticias en el internet, cuando ví las fotos. él estaba tan hermoso e intrigante como siempre, posando con el fuerte alrededor de una chica rubia hermosísima. Quien sostenia un precioso ramo de risas blancas y sonreía a la camara.Él pie de la foto se leia claramente:Alina Volchenko y su novio.A Alina la conozco. Es la hermana menor de Irina, la directora del ballet Bolchoi.Por mucho que mis padres insisten en que regrese al ballet, no te go ganas de hacerlo. Desde hace meses no tengo ganas de nada, solo dormir y llorar, pero aquello es un golpe demasiado duro. Lancé el celular contra la pared y no me importó que se hizo pedazos. ¿Novio?Sentí tanta rabia y furia que grité contra la paredes.¡¿Él estaba de novio con otra, mientras yo deseaba morirme día con día?!Pero después, cuando la furia fue aminorando, solo me quedó un estado de tristeza tal, que estuve llorando sin parar por dos horas, y como no podía dormir, agarré di
Alexis:Hasta hace poco, la isla era el lugar más seguro para ella, pero ya no lo es. Ahora mis enemigos saben que existe y que es mi talón de Aquiles, por eso necesito que esté conmigo donde pueda protegerla. Se lame los labios y sigo con la mirada el camino que recorre su delicada lengua rosa. Quiero envolver su pelo abundante alrededor de mi mano y llevar su cabeza hasta mi entrepierna, pero consigo reprimir el deseo. Habrá tiempo de sobra para eso cuando estemos en un lugar más seguro y menos público. —¿Hablaste con mi padre? ¿ Llegaron a algún acuerdo?—Sus ojos son grandes e ingenuos cuando me mira, pero oigo el ligero deje desafiante en su tono de voz. Me está poniendo a prueba, tantea los límites de esta nueva etapa de nuestra relación. —No —Se me agranda la sonrisa y me estiro para ponerle un mechón de pelo detrás de la oreja. Me mira fijamente sin parpadear —No tuve tiempo —digo n voz baja. — Me gustaría poder llamarlos. —Muy bien, podrás hacerlo cuando lleguemos. —Le
Amy:Por causa del tráfico, el trayecto hacia el aeropuerto nos lleva poco más de una hora. Para mi sorpresa, no vamos al de Madrid; terminamos en una pequeña pista de aterrizaje en medio de la nada, donde nos espera un avión grande. Consigo distinguir las letras escritas en la cola del avión: G650. —¿Es tuyo? —pregunto cuando Alexis me abre la puerta del coche. —Sí. —No me mira ni entra en más detalles. Parece que está escrutando los alrededores con la mirada, como si buscara amenazas ocultas. Hay algo en su actitud que no recuerdo haber visto antes; por primera vez me doy cuenta de que la isla era tanto su santuario como un lugar donde podía relajarse de verdad y bajar la guardia. En cuanto me bajo del coche, me agarra el codo y me guía hasta el avión. El conductor nos sigue. No lo había visto antes, ya que había un panel que separaba los asientos traseros del coche de la parte delantera, así que le echo un vistazo mientras nos acercamos al avión. El chico debe de ser un integr