CAPÍTULO 72. ¿¡Dónde están mis hijos!?
—¿Estás lista? —Alan tomó la mano de Mar en aquel estacionamiento y respiraron profundamente, dándose valor el uno al otro. Habían pasado tres días desde que se habían enterado del arresto de Wayland, y de repente la vorágine de lo que sucedía había desviado su atención por un momento. Sin embargo allí estaban, en el estacionamiento de aquel edificio de oficinas, listos para enfrentar juntos un desafío más. —Oye, lo vamos a conseguir, somos buenas personas —aseguró Alan besando el dorso de su mano y Mar asintió. —Sí, vamos a conseguirlo —murmuró acercándose para darle un beso en los labios que estremeció al médico de pies a cabeza—. ¿Seguro que no quieres usar la silla? —No, así estoy bien... —¡Alan, solo faltan un par de semanas para tu operación! —insistió ella—. No quiero descuidarme ni un solo segundo, necesito que estés bien. Por favor. —Lo sé, amor, pero solo subiremos y bajaremos en ascensor, ni siquiera voy a caminar mucho. Vamos —respondió él bajando de la camioneta y a
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