CAPÍTULO 38. ¿Dónde está Mar?
Debían faltar pocas horas para el amanecer cuando Mar salió de aquella camioneta con su hijo en brazos. Respiró profundamente el aire fresco y observó a su alrededor. Estaban en una propiedad a una media hora de la ciudad de Los Ángeles, con una villa grande rodeada de árboles, césped y flores silvestres, con las majestuosas colinas a lo lejos.Alrededor, diseminadas entre caminitos de piedras, había pequeñas casitas, como cabañas, todas a oscuras porque era evidente que estaban todos durmiendo todavía.—Puedes quedarte en la villa si quieres, pero en una casita tendrás más privacidad. ¿Está bien? —le preguntó Emma y ella asintió conforme.—Sí, claro, Emma. Cualquier cosa está bien —murmuró con el corazón encogido.Jackson tomó sus bolsos y Emma la ayudó a llegar hasta una de las casitas que estaba más alejada. Cuando entraron a Mar le pareció una cabaña de juguete, en cuarenta metros cuadrados tenía todo, pero tan bien distribuido que incluso parecía muy amplia. Un espacio abierto co
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