Siguió al pie de la letra las instrucciones del doctor. Descansaba y dormía bien por las noches, llevaba una buena alimentación. Pronto sus defensas recobraron fuerzas y los resultados estaban a la vista. Su cuerpo sufrió un gran cambio, volviéndose estilizado, firme; sus mejillas asalmonadas, sus ojos con vida, su cabello reluciente. Volvió a ser el chico vivaz, estudioso, afable y, por supuesto, con sus defectos, pero eran suyos. Y él era el único que se soportaba a sí mismo. No molestaba a nadie, nunca lo hizo.El recuerdo de todo lo que ocurrió en los últimos meses iba esfumándose de su mente con cada nuevo día. Sin embargo, inconscientemente, una parte de sus recuerdos quedaron encerrados en algún recoveco de su memoria.(…)Seis meses después.El día tuvo el mismo desenlace que los anteriores. Clases, talleres, biblioteca, almuerzo, clases, otros talleres y de ese modo hasta caer la tarde.Mientras se dirigía a su cuarto —luego de la última clase— una mujer lo interceptó.—Alexa
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