Mansión Hufman. A la mañana siguiente, Rebecca cita a Alfred a la mansión, para finiquitar de una vez su relación. Aprovecha la ausencia de su hijo, quien según había salido muy temprano a la universidad, para impartir sus clases, Grace quien es muy maliciosa, percibe en la entrada la llegada de Alfred. Quien ingresa velozmente a la mansión, para su buena suerte, Tony retorna de nuevo en vista, que ha olvidado su portafolios, por lo que desde ya empezará disparar todo el veneno, que centra su maldad. En el despacho, Rebecca le dice a Alfred: —Sí, ya estás decidido en terminar lo nuestro, no me opondré más. Muy bien Alfred, te dejo libre. —Hasta he concibo, que a tu lado nunca fui libre, solo fui un perro vagabundo. —No te martirices más, y sigue con tu vida. Aún eres joven, y puedes encontrar a una mujer de tu edad, con tus mismas convenciones. —Lo que sentí por ti, fue muy intenso. Solo que tú no alimentaste este amor, espero que nunca hayas dudado, que lo que sentí por ti fue r
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