Como era de esperarse, los integrantes de los tres mosqueteros, en nombre de su fiel amistad, no iban a dejar impune la vil calumnia, que incidieron en contra de Tony. Por lo que, desde ya se hallan en las instalaciones del diario “La Verdad” para ser atendidos, por Dominick y encararlo de una buena vez. Se sitúan en la sala de espera, para que Dominick los reciba. A la distancia, una tímida mujer los observa tiene intenciones de aproximárseles, pero por alguna razón, se detiene y continua con sus labores. —Aquella chica de rojo, nos mira como raro. Como si quisiera decirnos algo—intuye de inmediato Justin. —Aquí en este diario, todos deben de ser muy raros, para trabajar en un lugar tan sucio como éste. No le hagas caso, son suposiciones tuyas—Alfred no le presta atención a su suspicacia. —Seguramente. Tengo unas ganas, de partirle la cara a el miserable de Dominick. —Cálmate Justin, si te traje a ti justamente, fue para mediar y para denunciar, si es posible a ese cretino, no co
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