—A pasado una semana Oscar, sin embargo, mientras más días pasan te veo demasiado tranquilo —No dije nada a Raúl, sabia como él se sentía con este desastre, recordé las palabras de Lind cuando despertó del sedante. —Me estas impidiendo ayudarte, me estas alejando maldita sea ¿Sabes quién soy yo? ¡Soy tu esposa! Un papel lo dice y yo lo confirmo, déjame ayudarte a encontrarla, no me alejes, somos uno ¡lo recuerdas! — Paso ayer en la mañana, los segundos de lucidez pasaron rápido, el sedante que le pusieron la desvaneció en enseguida, la escuché sollozar, inevitablemente puso la mano en su pecho, esto le está causando un gran dolor, en ese lapso diminuto de tiempo pude ver el dolor reflejado en su rostro y era algo que no había podido sacar de mi cabeza, esos orbes grises me miraban con desesperació
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