Giulano se dio cuenta enseguida de mi reacción, me cogio en brazos tumbandome despacio en la cama, se sentó a mi lado, besando mi cuello, mis hombros, mis mejillas, acariciando mi entre pierna con su mano, mi sexo por encima de mis bragas, mientras yo atraia a mi boca su boca, enredando mis dedos en su pelo. Poco a poco nos fuimos desnudando, aunque yo estaba un poco reacia ya que las heridas aún seguian presentes, pero lo deseaba como jamás había deseado a mi marido desde que nos casamos. Abri mis piernas dándole paso a sus dedos sintiéndome llena cuando los note en mi interior mientras estimulaba con su dedo pulgar mi clítoris, haciéndome gemir de placer — Voy a ir despacio, no quiero hacerte daño, — me susurro en el oído haciendo que lo deseara todavía más Sentir su miembro en la entrada de mi ser hizo que yo misma lo apretara contra mi cuerpo, poniéndome encima de él para cabalgar con todo mi ser, escuchando como gemia y me pedia que fuera mas fuerte, hasta que el clímax nos hiz
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