—Ya llegamos, pequeña glotona — escuché su voz en mi oído y traté de enderezar mi cuerpo, pero sus brazos me sostenían firmemente en ellos—. ¿Descansaste?—¿P-por qué no me despertaste? — ni siquiera recuerdo en qué momento me quedé dormida—. Bájame, puedo caminar por sí sola.—Si vieras lo linda que te ves en mis brazos, dejarías que te cargara hasta nuestra habitación — su comentario me sonrojó al instante—, pero te haré caso porque soy un chico obediente.Me dejó en el suelo y me abrazó desde atrás. En la oscuridad de la tela no sabía en qué lugar nos encontrábamos y la brisa fresca no me dio una idea tampoco. No sabía por cuánto tiempo habíamos viajado, porque en algún punto del viaje, volví a caer en un sueño profundo. Mi cuerpo necesitaba descansar y con esos dos sueños que me di el día de hoy, me ha quedado muy claro que mi frustración era en base de no poder dormir correctamente.—¿Lista para mi sorpresa? — susurró en mi oído, cubriendo mi cuerpo con sus brazo.—Estoy lista, ¿
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