Melquiades no parecía estar interesado en traicionar al patriarca, estaba actuando a cabalidad y sus palabras no era para nada persuadidas por Rosario. Dicha situación le causaba intriga a Júpiter, sabiendo que, ¡Melquiades era una persona de cuidado! No descuido un solo segundo cada gesto o palabra que pronunciara en el primer encuentro desde que la situación se encendió.Rosario y su amado esposo ingresaron al auto que los conduciría directo al bar, de momento todo transcurría con normalidad, pero entonces Rosario le preguntó a Júpiter con incertidumbre en su interior y su pecho extrañamente agitado. —Solo quisiera preguntarte algo.Júpiter sin más y con toda naturalidad, le respondió. —¿Qué quieres saber? Sabes perfectamente que puedes preguntar lo que desees.—¿Realmente me amas? —Susurró Rosario con esa extraña sensación en su pecho.Júpiter conocía a Rosario de una manera simple, sabiendo que ella necesitaba mucho amor en su vida y tras esa falta de amor, ¡nunca se dio la oportu
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