Dylan no respondió con la prisa que Analía deseaba por lo que sintiendo terror, miedo y ansiedad a que él eligiera irse, ella decidió fingir estar mal para que él se quedara a cuidarla y así poder pasar la noche juntos. «Debo hacer algo, apenas Dylan está empezando con este matrimonio y siento que lo estoy perdiendo», caviló Analía al ver a Dylan a su lado sin tocarla de manera lujuriosa como es su costumbre.Por su parte, Dylan casi no durmió analizándose a sí mismo porque no sabía que le impedía estar sin limitaciones con la mujer que supone amar, y se decía que no debía de sentir culpa de ninguna índole, ya que Judith es una mujer infiel y su matrimonio no es real.—Amor, vamos a desayunar juntos, conozco una cafetería donde venden unas croquetas deliciosas— propuso Analía cuando vio a Dylan despertar, estaba vistiendo muy sensual, apenas tenía un camisón que se le transparentaba por completo dejando visibles sus pechos siliconados, su vientre y la diminuta braga que tenía puesta,
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