Ante lo dicho por su hermana, Trevor quedó pensativo, hasta que finalmente exclamó: –¡Eso sí es un problema serio! –No sé qué hacer, tengo muchas ideas en la cabeza, quiero ir a romperle la cara a Emiliano por cínico; pienso en rogarle que firme el divorcio; también creo que debo llamar a Elizabeth de inmediato, pero tampoco quiero frustrar sus planes. –¿Te parece si intentamos hablar con Emiliano primero?, tal vez por estar ocupado se ha olvidado de firmar, en todo caso, estoy seguro de que no tiene ningún interés en mantenerse casado con Elizabeth, cuando hablé con él quedó claro que solo lo movía su ego u orgullo herido, era un mujeriego cuya esposa lo dejó. –De acuerdo, pero llámalo tú, según te vaya, hablaré yo con él, como no es santo de mi devoción déjame a mí la estocada final. –Sí, realmente desbordas aprecio por él.Trevor se puso manos a la obra y pidió que lo comunicaran con Emiliano Riva, “espero que aun no haya
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