Escucho música y abro los ojos, estoy sola en la cama y al mirar el reloj, me doy cuenta que son las 6 de la mañana, dormí demasiado, aunque ayer fue un día complicado. Me pongo de pie, entro al baño para cepillarme los dientes, hago mis necesidades, me adecento un poco y sigo la música. Nathan está haciendo ejercicio, me quedo en la puerta por unos minutos mientras lo observo golpeando un saco de boxeo. Trae un short gris, está descalzo, su cabello está húmedo y se deslizan algunas gotas de sudor por su espalda. Da golpes contundentes y puedo notar la fuerza de sus brazos, sólo de imaginarlos a mi alrededor, un cosquilleo me recorre el cuerpo y termina en mi centro palpitando ansioso, decir que estoy babeando se quedaría corto. —Futura señora Blake, me está poniendo nervioso —bromea, pero sigue golpeando el saco. —No sé si me gustas más haciendo ejercicio o cepillando un caballo —murmuro y sonríe. Me acerco y lo abrazo por la espalda. —Estoy sudado, pastelito —me advierte. S
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