Marcos seguía viéndome con sus lindos ojos, yo no sabía ni que responder ¿casarme? ¿de verdad? ¿no era por contrato? —Yo no sé que decir...Marcos soltó un suspiro.—Puedes pensarlo hasta mañana al medio día, Avery— y puso su calida mano sobre mi cabello—. Prometo hacerte feliz, por favor créeme.Yo en cambio tragué seco, sus palabras eran bonitas pero no quería que vinieran de él, cerré mis ojos rápidamente. No podía si quiera pensarlo, no tenía con que mantener a esta pobre criatura y mucho menos podía arrebatarle la posibilidad de una familia feliz.—No— esa palabra salió tan fuerte que supuse que lo sobresalté —. Por favor, que la boda sea lo más antes posible.Marcos sonrió y se abalanzó a mi a darme un abrazo.—Vas hacer muy feliz, Avery.o eso espero.Habían pasado dos semanas más, la boda era el fin de semana y solo faltaban cuatro días, los antojos por el embarazo aumentaban y cada día pensaba en que si tal vez todo esto si era una gran idea. Acaricié mi barriga, ni si qui
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