Llegó el cumpleaños de Ethan y, para sorpresa de Kate, él realmente se quedó para desayunar con ellas por una vez, a diferencia de los otros días en los que a veces ni siquiera les daba los buenos días y se iba incluso de madrugada a su trabajo. De todas maneras, no se quedó por su esposa, no, se quedó por su hija, le prestaba mucha más atención a Iris que a Kate, pero ella estaba bien con eso o, mejor dicho, no es que estuviera bien con eso, si no que ya estaba resignada a que las cosas eran así, a que la prioridad de Ethan era primero el trabajo, luego Iris, y a lo último de todo ella, su esposa. De cualquier forma, a pesar de todo Kate aún tenía la pequeña esperanza de que Ethan le dedicara algo de su tiempo ese día, ya que en todos sus cumpleaños desde que empezaron a ser novios pasaban sus cumpleaños juntos, y ahora, aunque su relación no fuera la mejor, solo esperaba que en la noche pudiera tener su propio momento con él. Hace meses que no la tocaba y lo extrañaba muchísimo.
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