—¡Tenemos que hablar! —gritó Kitt en medio de la cena de esa noche, sorprendiendo a todos, ya que normalmente se dedicaba a comer a dos manos y tratar de jugar videojuegos a escondidas de su madre. —¿Qué pasa ahora, hijo? ¿Te sientes bien? —Kate se espantó de inmediato de solo pensar que podría haber vuelto a enfermar. —Nop, estoy mejor que nunca de salud, ¡lo cual me viene súper bien, en el mejor momento, por que pronto tendré un partido amistoso entre compañeros del club de futbol! Se decidirá al nuevo capitán, ¡y yo soy de los favoritos! —¡Qué bien, Kitt! —exclamó Iris de inmediato, haciendo que él le sonriera con simpatía como rara vez hacía, aunque cada vez era más y más común de su parte, por suerte. —Te felicito, hijo. —Kate le sonrió sinceramente. A veces le preocupaba que jugara futbol ya que debía estar en constante contacto con el piso, los otros jugadores y hasta podían lastimarlo, pero ella amaba el futbol tanto como él, ella fue la que le inspiró esa pasión por el
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