Luciana suspiró profundo, no podía negarle algo así, asintió. Emiliano posó sus fríos labios sobre los de ella, la besó, Lu correspondió con ternura, con agradecimiento, con cariño, pero no con el amor que sentía por Miguel. —Gracias Luciana —susurró Emiliano—, gracias por haberme hecho feliz estos años, nunca voy a olvidarte, siempre voy a amarte —musitó y le acarició la mejilla—, eres una mujer incomparable, muy valiente, especial, te amo tanto. Luciana volvió a deshacerse en llanto, lo abrazó, besó la mejilla de Emiliano. —Siempre vas a ocupar un lugar importante en mi corazón, tampoco voy a olvidarte —murmuró gimoteando—. Si yo te pido un último deseo, ¿me lo cumplirías? Emiliano suspiró profundo, la miró a los ojos con infinita ternura. —Sabes que no voy a negarme, lo que me pidas lo haré. —Quiero que te operes, por favor —suplicó, lo agarró de las manos con fuerza—. Emiliano, no tienes mucho tiempo, y si logran extraer esa bala, con terapia, ejercicios, volverás a tu
Leer más