—¡Lo mejor de esta casa ya llegó! —gritó Roger apenas le dieron paso al hogar familiar.—¿Ya está la comida? Porque eso es lo mejor que pasa en esta casa —preguntó Joseph sin hacerle el menor caso.Su hermano menor se encontraba tirado en el sofá y mirando la pantalla del teléfono como si su llegada no fuese con él.—Lo mejor de esta casa soy yo, sin comida pueden sobrevivir, pero no sin mí —masculló Roger sin darle importancia a su comportamiento.Su hermano alzó la vista del teléfono y se sorprendió al verlo allí, de pie, con sus dos maletas una junto a la otra y cara de cansado.—¿Hermano? —volvió a preguntar, lo miró como si estuviera viendo un fantasma, pero continuó sin moverse del sofá.Las cosas allí no cambiaban y entendía mejor que nunca la insistencia de su padre todos esos años para que regresara.Joseph era incapaz de hacerse cargo de sí mismo, menos de una empresa.Paulina, su hermana, salió de la nada y se colgó sobre su espalda con mucha efusividad.Apenas lo hizo come
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