Diez años después…Con la marcha de Roger a Miami para hacerse cargo de la empresa familiar, Alexander se apoyó en su esposa para llevar la empresa.Por más que contrató nuevos asistentes, nunca encontró a uno que se pareciera a su gran amigo y terminaba por despedirlos.Ninguno de ellos tenían las cualidades necesarias, ser sinceros hasta resultar insoportables, meterse en lo que no le llamaban y no tener vida social.Pero el asistente era feliz y eso era lo que les importaba a ellos que intentaban mantener el contacto de forma regular.La madre de Diana terminó por casarse dos años después con Jacob, tardó en hacerlo lo suficiente para que nadie hablara de ella, porque a los cinco meses de acudir a citas ya estaban viviendo juntos.Su querida suegrita había tardado en descubrir lo que era ser tratada como lo merecía, pero ahora vivía feliz junto a un hombre que la presumía y la trataba como a la bella mujer que era.Tal como él trataba a su esposa.Alexander imaginaba que Diana enve
Roger se despidió de la vida que había llevado durante más de diez años en New York para ponerse rumbo a Miami, el lugar donde vivía su familia.Lo sentía como una soga en el cuello que estaba tirando de él y lo arrastraba a convertirse en lo que no deseaba, en una persona adicta al trabajo como Alexander o su padre.—No seas tan dramático. —Roger miró a Alexander que se encontraba a su lado, en el aeropuerto, sentados en unas de las cafeterías de la entrada porque con los nervios habían llegado cuatro horas antes.—No estoy siendo dramático, no conoces a mi familia —se quejó Roger.No le era de mucha ayuda que su amigo en lugar de darle la razón le intentara hacer ver el punto positivo de su vuelta a casa.¿Por qué no podía ponerse de rodillas y suplicar para que se quedara?Roger prefería quedarse con su mísero sueldo de asistente toda la vida, en su pequeño apartamento y…No, no podía continuar viviendo a través de Alexander y su familia, tenía que formar una propia.Por eso regres
—¡Lo mejor de esta casa ya llegó! —gritó Roger apenas le dieron paso al hogar familiar.—¿Ya está la comida? Porque eso es lo mejor que pasa en esta casa —preguntó Joseph sin hacerle el menor caso.Su hermano menor se encontraba tirado en el sofá y mirando la pantalla del teléfono como si su llegada no fuese con él.—Lo mejor de esta casa soy yo, sin comida pueden sobrevivir, pero no sin mí —masculló Roger sin darle importancia a su comportamiento.Su hermano alzó la vista del teléfono y se sorprendió al verlo allí, de pie, con sus dos maletas una junto a la otra y cara de cansado.—¿Hermano? —volvió a preguntar, lo miró como si estuviera viendo un fantasma, pero continuó sin moverse del sofá.Las cosas allí no cambiaban y entendía mejor que nunca la insistencia de su padre todos esos años para que regresara.Joseph era incapaz de hacerse cargo de sí mismo, menos de una empresa.Paulina, su hermana, salió de la nada y se colgó sobre su espalda con mucha efusividad.Apenas lo hizo come
Roger cayó en la cama, agotado, después de mentirle a todos menos a su padre.Cuando regresó de hablar con su padre y que le mostrara todos los cambios que había realizado en ese tiempo en la empresa, volvió a su nuevo hogar.Quería encerrarse por un rato en esa habitación que había dejado tantos años atrás y pensar en su nueva situación.Lo que pensó y lo que ocurrió fueron cosas distintas.Su madre lo cazó apenas cruzó la puerta y quiso interrogarlo.—Dime que te harás cargo y no nos dejarás en manos de tu hermano.Roger sintió que todos y cada unos de los vellos de su cuerpo se erizaron.Su madre apareció como un felino y casi saltó sobre él mientras murmuraba esas palabras.Esa mujer era intensa y debía reconocer que temía que llegara la hora de presentarle a Natalie.Ella era muy especial con la gente, no le gustaba nadie o más bien no le gustaba nadie que no fuera 100% un dechado de virtudes.La perfección en todos los sentidos.Claro, esa perfección era juzgada dentro de sus es
La conversación con Alexander lo ayudó a aclarar ideas.Sin querer se demoró más de lo que debían y cuando estaba a punto de dormirse recibió un mensaje de su amigo donde le decía: «Desgraciado, Diana se quedó dormida. Esta me las pagas».No había sido esa su intención, pero tenía que reconocer que fastidiarlo era uno de sus pasamientos preferidos.Su padre le había dicho que siguiera a su intuición y si sentía que debía poner a prueba a Natalie, lo hiciera, pero que después no se quejara si eso tenía consecuencias.Su intuición en aquel momento estaba atrofiada, en algún punto del camino se le había descompuesto y ya no sabía qué tenía que hacer.Alexander no fue como su padre.Él insistió en que Natalie era una arpía tan traicionera como lo fue Rebeca, pero Roger creía que solo lo decía porque estaba sentido con ella por lo que ocurrió con su esposa.Su novia lo conoció siendo un asistente y así lo había aceptado.Puede que él cometiera el error de querer impresionarla y le hablara
Roger se llevó a Natalie al jardín.El anillo de compromiso le pesaba en el bolsillo y la culpabilidad más.Ella se veía aturdida y un poco nerviosa.—¡¿Qué rayos pasó allí dentro?! —preguntó tras varios minutos de silencio.Roger metió las manos en los bolsillos y se balanceó un poco de adelante hacia atrás.—Eso fue mi familia siendo mi familia, un día normal como cualquier otro. —Esbozó una sonrisa temblorosa y sintió su corazón latir muy rápido.Le iba a doler mucho cuando lo dejara.—Vaya, son un poco especiales. Aunque tu hermana es muy linda —comentó y no lo miró a los ojos mientras hablaba—. Entonces… ¿Qué va a ser de nosotros? No parece que tengas muy claro lo que vas a hacer con tu vida.—Tengo una cosa clara al menos —dijo llenándose de valor y sacando la cajita con el anillo del bolsillo—. Que te quiero a ti en ella, ¿te casarías conmigo?Natalie se llevó las manos al rostro y se la cubrió con ellas.—¿Lo dices en serio? —balbuceó y tomó la cajita. Roger no quería mirar el
Roger se subió al coche y comenzó a conducir sin saber hacia dónde se dirigía.La noche en que él había creído que todo sería felicidad se convirtió en una tortura y todavía le costaba creer lo que había presenciado.Con su propio hermano y él no tuvo ningún sentimiento de culpa, lo único que le preocupaba era que Roger se lo contara a su padre.Aunque todo su ser le pedía venganza, no pensaba hacerlo.No iba a permitir que por culpa de una mujer como ella se creara una disputa familiar.No necesitaba preguntar el motivo, todo estaba muy claro y las palabras de Natalie habían sido demasiado esclarecedoras.No pensaba casarse con alguien que no quisiera prosperar, pensó que era su hermano quien ocuparía el lugar de su padre y se vendió al mejor postor.Debía haberlo esperado, pero jamás creyó que la traición le vendría por partida doble.Era su hermano por más que en los últimos años no se hubieran visto demasiado, ellos siempre habían tenido una buena relación.Joseph era un inmaduro,
Dos años después…Tras el desengaño sufrido con Natalie, Roger se propuso dar un cambio radical.Dejó atrás la idea de formar una familia y de buscar el amor para saltar de flor en flor o de falda en falda.¿Para qué iba a seguir buscándolo? No tenía sentido.Si ninguna lo había querido siendo un asistente que tampoco lo buscaran cuando lo vieran triunfar.Se hizo cargo de la empresa de su familia y por más que el negocio de la moda era muy distinto a lo que había trabajado con su amigo Alexander a lo largo de los años, él había aprendido muy bien a ser un tiburón de las finanzas.En los dos años que llevaba a cargo de la empresa trabajó de forma incansable y ni todos los escándalos que llevaba a su espalda lograban que se hubiera hecho un nombre en el mundo de la moda y de las mujeres.Roger podría ser considerado un soltero de oro si no tuviera una fama de mujeriego tan nefasta.Había dejado de perseguir a las mujeres para que fueran ellas las que lo persiguieran a él.Las modelos de