ARTURO BRUSQUETTI. Ese maldito miserable era cómplice, y lo peor es que, lo sabíamos. Habían atacado justo en el momento en que estábamos separados, y al parecer, solo porque al igual que nosotros, está cansado de tanto juego. Mi familia no tardaría en llegar a rescatarnos, pero por el momento, era necesario que resistamos. Especialmente yo, que he recibido la mayor parte de los golpes, y espero que así siga siendo, porque en verdad, no soportaría ver a mi esposa sufrir. Smith se acerca a ella, con sus manos robóticas, e intenta acariciarla, pero Kerianne se aparta, aun manteniendo la compostura. — Perro traicionero — murmuró mi esposa —. Espero realmente que lo que hagas, valga la pena. — Ya me han destruido lo suficiente. Esto lo disfrutaré — manifestó, en el momento en que presionaba el Taser en el cuerpo de ella, y el choque eléctrico, se expandía por su cuerpo —. Delicioso verte sufrir. — Déjala en paz, maldito cobarde — grité, intentando liberarme. Era ridículo, pero mi de
Leer más