Habían pasado dos días y Dante cada día estaba peor, la echaba de menos. Su olor seguía en la habitación que ella ocupaba, tal vez su hermano tenía razón, tenía que conquistarla como una persona normal; con cenas, salidas, regalos, etc. Pero hacía tiempo que no lo hacía, pero por ella, haría lo que fuera. Quién le iba a decir, que después de sufrir un desamor, volvería a ser atraído por una chica, pero no era una mujer cualquiera, si no la hermana de su amigo. Pero si él hubiera sabido, que Eli era su hermana, jamás la hubiera secuestrado. Él sabía que se dejó llevar por el capricho y no pensar, esa americana le cegó con su belleza, su inocencia y cuando supo que tenía problemas cardíacos, le destrozó. Lucharía por conquistarla, costará lo que le costará.Metido en su despacho, con la mirada puesta en un punto fijo, con una copa en la mano, sentado en el sofá individual. Su mente divagaba a sus anchas, desde que ella se fue, solo ella estaba en su mente.Le dolía su partida, le dolía
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