—¿Qué?Fingí demencia, siempre hacía eso cuando sabía perfectamente que sucedía frente a mis ojos. Nicholas, no era ningún tonto, jamás lo fue, y yo, era demasiado transparente ante mi buen amigo. Sus ojos azules idénticos a los míos, salvo un tono más claro, me examinaban con sumo cuidado, él sabía lo que ocurría dentro de mi ser, yo aun no lograba ver "eso".Nick, negó sonriendo, se puso de pie con desgarbo y tomó el teléfono de la habitación. Pidió comida para los dos, en ese momento miré la hora en mi reloj de mano, faltaban cinco minutos para las ocho de la noche. Nicholas, colgó el auricular en su sitio. Volvió a sentarse frente a mí y habló como si nada.—Vuelvo a preguntarte lo mismo, Theo, ¿quién es Fiorella?Obviamente su pregunta no pasó desapercibida, imposible en él. Solté un suspiro sonoro mientras que Nick, disfrutaba con mi repentino desorden mental.—A ver. Fiorella... es una chica que conocí el día que llegué a Boston —me llevé las manos detrás de la nuca, desviando l
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