Capítulo 45. Secuelas
Al día siguiente, un Marco terriblemente desorientado, despertaba en la cama de un hospital que reconocía, con el doctor Cooper, un gran médico amigo de la familia, a su lado. Sus padres también estaban en la habitación, con los ojos llorosos y llenos de pesadumbre. Tenía recuerdos confusos de lo que había sucedido la noche anterior en el departamento de Luana, y se sentía adolorido.Con el corazón destrozado, y la furia sacudiendo cada centímetro de su cuerpo, Marco se había abalanzado a la cama gritando, arremetiendo con sus puños contra el enorme vikingo.Sin embargo, había olvidado que este no estaba solo, y que esos tres hombres parecían ser amigos hace un tiempo, así que, apenas hubo asestado el primer golpe en la quijada del rubio, los otros dos lo sujetaron, mientras Luana gritaba asustada.Marco se resistió, pateó, golpeó, mordió, pero acabó recibiendo una paliza que lo dejó inconsciente. Por unas horas, el mundo se había apagado. Lo habían encontrado unos transeúntes en u
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