El impacto nunca llegó.Fue como si hubiera sido detenido en seco por una fuerza desconocida, invisible. Como un ángel guardián que hubiera extendido sus alas protectoras para detener el golpe fatal. Y, sin embargo, Nell sintió un dolor agudo en todo su cuerpo, como si hubiera sido arrollada por un tren. Pero lo peor no era el dolor físico. Era el dolor emocional, la angustia y la desesperación que la habían llevado a tomar esa decisión.Antes de caer inconsciente, Nell vio la silueta de un hombre que se acercaba hacia ella. En su estado de shock, pensó que se trataba de un ángel que venía a llevársela al otro mundo. Pero luego, la voz del hombre la sacó de su ensoñación. Le decía que todo iba a estar bien, que no se preocupara. Nell no podía hablar, solo podía pensar en la pequeña a quien había salvado.La ambulancia no tardó en arribar a donde el accidente se dio lugar, los paramédicos actuaron con rapidez tratando de salvar su vida, mientras era llevada al hospital, Nell entro en u
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