Todos los capítulos de Atrapada en la venganza de un millonario: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Ahora que la niñera ya no cuida al hijo de Clara Isabel, ella le ha pedido a su marido que le permita dormir en la otra habitación con el bebé. Ella lo que quiere es aprovechar la ocasión y huir de él, pero José Luis es muy astuto y le dijo que no, que él desea que su bebé duerma a su lado para que le dé la fuerza de recuperación.— El niño te puede lastimar. —dijo la chica.— No me importa que lo haga, yo por él podría soportar cualquier dolor, menos el de perderlo. —respondió el hombre malvado.Clara Isabel vistió al pequeño Tony con su pijama de dormir favorita, luego lo acostó en la cama al lado de su padre y le dio un beso de buenas noches.— Pórtate bien con tu papá, cariño. No lo hagas enojar porque él se convertirá en un ogro, y si lo haces, él te comerá. —le dijo la chica y en medio de la risa de su marido, ella intentó salir de la habitación, pero el hombre la detuvo.— ¿A dónde vas? —quiso saber el hombre malvado, quien no deja de reír por las ocurrencias que la chica le di
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Un mes ha pasado y Clara Isabel está muy contenta porque su marido ya se lleva mejor con ella, incluso ahora se sientan a platicar por horas sobre cosas triviales de alguna película o de los dibujos animados que ve el pequeño Tony, nunca han vuelto a hablar sobre el tema de sus sentimientos.— ¿Por qué decidiste que el niño lleve ese nombre? —preguntó en cierta ocasión José Luis.— Por su padre y por su abuelo. —respondió la chica siendo sincera.— ¿tu padre se llamaba Antonio? —le interrogó el malvado hombre.— Sí. —fue su respuesta afirmativa.— ¿Y aun con el odio y la decepción que sentías por mí, siempre quisiste que el bebé llevara mi nombre?— Él es parte de ti, y además su cara me recordaba demasiado a tu persona, ¿entonces, por qué no hacer que también lleve tu nombre?Durante este mes José Luis ha permanecido en reposo absoluto, ya que por andar de gracioso cargó a su hijo en su espalda mientras él andaba “gateando” o a cuatro patas, como se dice en el argot popular, y en una
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Narra Clara IsabelEstoy escondida detrás de la pared que va hacia la cocina, me he quedado aquí porque necesito salir de este lugar y estoy esperando a que ese viejo mal parido se descuide o vaya al baño, para entonces yo poder salir corriendo de aquí, me siento asfixiada con tan solo la presencia de este viejo maldito, sé que si mi hermano estuviese con vida ya le hubiese llamado para que viniera a capturarlo y al hallarlo culpable de la muerte de mis padres lo encarcelaran para que se pudra en la cárcel.Pero para mi desgracia, mi hermano ya no está en este mundo y me ha dejado sola, y todo por la culpa de unos hombres, de esos que no les importa quitarle la vida a un inocente y dejar sufriendo al resto de su familia, lo asesinaron a sangre fría cuando supuestamente él andaba ejecutando una orden de captura y esos animales les hicieron una emboscada en donde murió él y uno más de sus compañeros.Estoy muy asustada, y más que ahora este viejo hijo de su puta madre le ha traído una m
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Clara Isabel no le responde las llamadas ni los mensajes de texto y José Luis está urgido por saber si ellos se encuentran bien. Tuvo que preguntarle al chofer que le tenía preparado, que si se fue con él y que para donde se la llevó. Él le comentó que cuando iban en el auto, ella le llamó a una tal Yeni, y le dijo que iba para su casa, entonces él la fue a dejar a la casa de su amigo Alberto.— Tengo que trasladarme hasta allá para poder hablar con ella, y ojalá que yo esté de suerte y que ella me crea para que se venga a mi casa, porque siento que desde ya me hacen mucha falta ellos. —Comentó para sí mismo.José Luis, al ver que la chica no le quiere atender sus llamadas, le dijo a su chofer que lo llevara hasta la casa de su amigo Alberto. Con la ayuda del hombre, él se subió a su auto y pronto estuvieron estacionados en las afueras de la casa antes mencionada.José Luis llamó a la puerta, y cuando la joven Yeni abrió y lo hizo pasar, se escucharon los fuertes llantos del bebé, lla
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Alberto se ha quedado confundido y a la vez molesto, él cree que ahora su mujer le está pagando mal con otro hombre.— ¡Qué! ¿Cómo que a tu amorcito? —Preguntó tan alterado que ha dejado caer al suelo el vaso con agua que sostenía en su mano.— Ufff, ya me descubriste, cariño. Bueno, te cuento que el hermano de Clara Isabel me gustaba mucho, bueno mejor dicho, ambos nos gustábamos y también estábamos muy enamorados, pero luego pasó lo del accidente y… aquí estoy extrañándolo. —habló la chica, aprovechando para desahogarse, y para su sorpresa esta vez ya no lloró como lo ha hecho cada vez que lo recuerda en silencio. Eso la emocionó en gran manera porque entonces significa que ya lo ha superado con el amor que le tiene a su ahora pareja, Alberto.— Está bien corazón, supongo que es normal recordar los buenos momentos que se viven junto a la persona que en su momento fue muy especial y que ahora ya no está.— Sí, pero ahora te tengo a ti, tú te has aparecido en mi vida para darle color
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Alberto trata de que su amigo le diga la verdad acerca de los sentimientos que tiene por Clara Isabel, pero este se niega a reconocer lo evidente.— Me agrada. —respondió su amigo, en forma tajante y sin deseos de ahondar más en el tema.— Ya cuéntame, por favor. Soy tu amigo del alma y merezco saber de primera mano sobre lo que está pasando en ese cerebro de pendejo que tienes. —insistió Alberto.— Olvídate de ello y mejor salgamos porque a mí me urge hablar con Clara Isabel, ya que, la pobre cree que por estar con aquella chica, la voy a dejar a ella.— Si no la quieres, suéltala José Luis. Deja que ella sea libre como las aves y tú solo encárgate de ayudarle con la manutención del hijo de ambos. —habló el joven Alberto, pero ahora en tono serio por la delicadeza del asunto.Muy despacio, el joven José Luis se bajó de la cama y apoyado en el bordón que aún le toca usar, se dirigió junto a su amigo hasta la sala en donde las chicas están leyendo un libro que se llama “Atrapada en la
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Un rato después de haber cedido a sus deseos sexuales y carnales, ambos se levantaron del suelo y se vistieron, él tomó a su hijo en brazos y los tres salieron de la habitación con la esperanza de que sus amigos no se dieran cuenta de lo que acaban de estar haciendo en casa de ellos.Para José Luis no es ningún impedimento que alguien se entere de lo que estaba pasando en el interior de esa habitación, porque eso le eleva el orgullo de macho empoderado, pero lo hace de tener precaución porque sabe que a su esposa sí le dará pena porque todavía no tiene mucha confianza con Alberto.Cuando llegaron a la sala no estaban sus amigos, luego se percataron de que en la puerta hay un papel pegado en el cual los chicos les comunican que ellos han salido al supermercado y que si se van antes de que ellos lleguen, que procuren dejar la puerta bien cerrada porque al parecer está con una falla y hay que fijarse bien.— Si hubiese sabido de qué ellos no estaban, te juro que te hubiese dejado que gri
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Clara Isabel volvió a preguntar qué es lo que le quiere decir, ella desea saciar su curiosidad. Hasta que al fin y después de varios chantajes en los cuales ella cayó con facilidad, su amado le dio la respuesta.— Quiero que me respondas si ya tienes el lugar elegido para hacer tu práctica profesional.— Claro que sí, desde hace unos días llevé la solicitud a una empresa y debido a mis buenas calificaciones, de inmediato me dieron el visto bueno. —dijo la chica muy contenta.— ¿Cómo es eso que, siendo mi esposa, te fuiste a otra empresa y no a la mía? —preguntó José Luis, muy molesto.— Ya te dije que me dio temor tu reacción, por eso es que ni siquiera te había dicho que estaba estudiando, siempre me refugiaba en la habitación de mi hijo para poder recibir las clases o si no, lo hacía cuando tú andabas en la empresa. —explicó la chica, sintiendo un inmenso alivio al saber que él le va a dar todo su apoyo en este trayecto.— Mañana mismo, a primera hora, quiero que llames a esa dichos
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La chica fue a la habitación del pequeño Toni, y como lo encontró dormido, entonces se dirigió a su pieza en donde ya la estaba esperando su marido para entrar juntos a darse una merecida ducha y por primera vez lo hacen como pareja de esposos, sin pena.— ¡Mi amor, ayúdame a quitar el pantalón y el bóxer, por favor! —Bromeó el hombre.— ¿Perdón? ¿Y como le has hecho todo este tiempo que has estado enfermo y no necesitabas de la ayuda de otra persona? —preguntó la chica colocando sus manos en la cintura en señal de indignación.— Ayúdame mi vida, es que en estos días atrás no me sentía tan adolorido como me siento ahora ¡Y todo por la culpa de una conejita que no dejaba de saltar encima de mí y que pedía a gritos que luego yo la montara! —Comentó, haciendo sonrojar a la chica.— Deja de mentir idiota, nada de lo que tú dices es cierto. —Es más, yo me voy y te dejo aquí solito para que te duches con tranquilidad. —no te soporto. —dijo la chica, y tomó el pomo de la puerta para abrirla
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40
Es el primer día de su pasantía y la chica va un poco nerviosa. Llegaron a la empresa, pero no lo hicieron juntos, Clara Isabel le pidió que la dejara bajarse a una cuadra antes de llegar a las instalaciones, y aunque José Luis no lo quería hacer, pero al final ella salió ganando y se bajó para irse caminando ante la atenta mirada de su marido que la va siguiendo a una corta distancia para cuidarla de cualquier malandro de la calle que se le ocurra tocarla.— ¡Buenos días, señorita! ¿En qué le puedo ayudar? —Preguntó la sexi chica que está en el área de recepción.— ¡Buenos días!, soy la señorita Clara Isabel Mejía, y estoy aquí porque hoy es mi primer día como asistente del presidente de esta empresa. —Respondió Clara, haciéndose pasar como cualquier empleado y no como la esposa del dueño.— Perdón, pero no estoy enterada de que se haya contratado un nuevo personal para la empresa. —dijo la señorita, frunciendo el ceño.— No estoy contratada, vengo a hacer mi práctica profesional. —l
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