José Luis le envió un mensaje de texto a su amigo, diciéndole que por este día se haga cargo de la empresa porque él no puede ir, ya que tiene asuntos muy importantes que atender.— ¿Qué pasa hermano, puedo ayudarte en algo? —preguntó el joven Alberto.— No es nada que deba de importarte a ti. —respondió el chico con una sonrisa, él sabe que su amigo se preocupa mucho por él y es obvio que le iba a preguntar que si tiene algún problema.— Vete al diablo y no me jodas, entonces poniéndome al mando de tu maldita empresa. —respondió de mala gana su amigo.— No me insultes, cabrón, yo soy mayor que tú, así que me respetas.— Ja, ja, ja mayor por tres días, que no se te olvide baboso.— Hermano…— ¿Qué quieres?— Ya soy papá.— Y yo soy mamá, ja, ja, ja, púdrete animal.— Ves, por eso es que no te quiero decir el motivo de mi ausencia, porque tú no me lo creerás.— A ver, ya dejémonos de payasadas. —Dime si te puedo ayudar en algo más.— Me siento fatal hermano, apenas ayer me he dado cuen
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