Moira lanzó un gran suspiro y miró a la carta de Hillary una vez más.La verdad una parte muy grande de ella no quería ni siquiera considerar el leerla, pero… Su hija se la había dado, y nunca se atrevería a ser una cobarde si es que se trataba de sus niñas. De hecho, jamás lo había sido, al menos en lo que podía recordar, pero su corazón estaba demasiado destrozado para soportar otra puñalada. Y aun así, si era por su Lutxi, estaba dispuesta.Tomó aire y abrió la carta de Hillary, mirando unos segundos al techo antes de finalmente juntar valor y comenzar a leer: Querida Sra. Moira, sé que no te agradó, así que te prometo ser breve y espero de corazón que entiendas mis sentimientos.No me recuerdas, pero siempre te he admirado. Siempre creí que tú, tu esposo y tu hija eran la familia perfecta, y a pesar de mis sentimientos hacia el Dr. Irissa realmente nunca pude sentir que podríamos estar juntos, y lo intenté, pero él jamás me miró de forma diferente, y yo jamás pude dejar de mirar
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