Volví a la oficina después de las tres de la tarde. Máximo no me quería dejar volver, pero le dije que tenía otro asunto qué resolver. Que le contaría todo, pero después que lo tuviese resuelto y que esto realmente era importante. Solo porque le dije que después le contaría, me dejó ir. Era muy chismoso, eso me causaba mucha gracia.Cuando Máximo me fue a dejar a la oficina, en el camino les envié un mensaje a los abogados, para que, a las tres con treinta minutos de la tarde, fueran a mi oficina, pero antes, debían ir a buscar a unas personas. Sería una reunión rápida, porque yo solo diría lo que debía decir y nada más. A las tres de la tarde, me senté en mi escritorio y revisé con atención, el sobre que los abogados me habían entregado con anterioridad. Tuve media hora para digerir la información que había ahí. Estaba demasiado sorprendida, pero a la vez, me sentía tranquila, porque iba a poder limpiar el nombre del hombre al que había amado durante siete hermosos años. Cuando me se
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