(Mark)Quise imaginar como hubiera sido, si tan solo ella asistía, aunque fuera por compromiso. Pero no me hacía bien, era un placebo insoportable. Lo que verdaderamente sucedió, fue que los lobos comenzaron a impacientarse.—Tu mate, dices que está… ¿Vendrá pronto? —preguntó Adren, mirando por todas partes. —No olfateó ningún rastro humano.—Pronto vendrá, ella dijo… Lo ha prometido. —contesté de inmediato.Luego, me miré en el reflejo del lago. Me pregunté si realmente cumpliría con su palabra, al ver como mi forma humana se veía tan débil y poco atractiva. Pero no me importó, yo tenía fe en que llegaría. Mis instintos comenzaban a salir, percibí el aroma de los que estaban presentes, reconociéndolos para el rastreo. En las habilidades de un lobo, la más importante era el olfato, para poder identificar enemigos y rastrear a otros integrantes de la manada. Mis colmillos se afilaban dentro de mi boca, podía sentirlos, también la visión que se agudizaba. Los colores a mi alrededor dism
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