Dejé a Verónica en su apartamento y nos dirigimos a la casa, de mi parte, completamente frustrado. Cebolla nos había recogido en el aeropuerto. Rata me miraba de reojo, no demora en preguntarme, a estos dos hombres que considero mis amigos no era mucho lo que nos hemos ocultado.Si me pregunta, ¿qué le diré? Ahora quedé peor, más engarrotado y con un puto dolor en mis bolas que ya no soporto. La puta abstinencia me volverá loco, era imposible todo el tiempo transcurrido y nada de nada. Cebolla conducía a gran velocidad por la avenida, Rata seguía mirando, quiere saber lo que pasó a noche con Verónica.—El clima se ve agradable. —Lo miré, ¿desde cuándo le importa el clima?, fui ignorado y siguió hablando—. Sí, está agradable para descansar. ¿No te parece Cebolla?—¿Cuál es el puto interés en el clima?Disparé de una, me encontraba irritado, me llevaría al mundo por delante. Pasé calmado por Verónica, pensé que al tenerla lejos lograría calmarme, pero no. No me gustó separarme de ella,
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