Al enfrentar esos ojos entendí lo miserable que fui, nunca había experimentado algo similar. La decepcioné, hice algo imperdonable y ahora era juzgado con severidad. Me gritaba que le diera una explicación, jamás las he dado y en este momento quería dársela.Va a conocer quién era. Un narcotraficante en la cúspide porque se ha pasado por encima de un centenar de personas, había robado, matado, deseado, codiciado, no he dejado un puto mandamiento libre. Cometí todos los pecados y en especial no cría en un tal Dios. Jamás me había puesto a analizar lo que hacía, hasta que esos lindos ojos color miel me lo preguntaron sin hablar.—Nunca estuve de acuerdo con eso, y esa es la razón por la cual Miguel Salgado se encuentra muerto.Me refugié en los ojos de Rata y Miguel, ellos comprendieron. ¡Qué se acabe la maldita reunión, rápido! Debo explicarle mejor a Verónica. Los minutos pasaron, se acordaron las rutas para los primeros embarques a Estados Unidos y España.No volvió a mirarme, se lim
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