Las despedidas siempre costaban un poco, Adhara veía a Chaid con algo de nostalgia, sabía que se demoraría algún tiempo, había leído algunos libros en los que las batallas podían durar días y a veces hasta años, no sabía cuándo sería el momento de volver, pero estaba segura de que no sería fácil.— Estará bien, algo que tiene Chaid es la manera de solucionar todo, en la batalla es formidable, muchos le llamaban el frío, no quisiese decir exactamente por qué, pero es temido en la guerra — le dijo Munro, sabía que la zozobra acompañaba el corazón de Adhara, pero él se encargaría de que no doliera tanto.— Sí, he escuchado eso, sé que Arran se quedará, no sé por qué nunca va — preguntó ella, Larissa que estaba a su lado sonrió, se le había prometido a la madre de este que no lo mandarían a la guerra, por muy buen guerrero que fuese, nadie sabía mucho de su familia, había llegado ahí aún en gestación, su madre había pedido que cuando naciese, se le diera un lugar ahí, nunca supieron su as
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