Inicio / Romántica / Mi marido me odia / Capítulo 21 - Capítulo 30
Todos los capítulos de Mi marido me odia : Capítulo 21 - Capítulo 30
76 chapters
Capítulo XXII: Insensatos
Fred pensaba en las palabras de Richard, siguió bebiendo, una copa tras otra, sentía odio, un odio profundo, su padre adoptivo siempre fue bueno, nunca hizo diferencias entre Fred y Richard, uno era hijo adoptivo, el otro su hijo de sangre, pero su abuela marcó la diferencia, por supuesto que era cruel cuando todos los elogios, las bendiciones se auguraban solo en su hermano menor, el auténtico Steele, y entonces a la muerte de su padre, Fred supo que su buena suerte acabó. Pero, odiaba esa comparación, sentirse menos que Richard, solo por no llevar en sus venas la sangre de los Steele. Richard en cambio, siempre fue incapaz de sacarlo a relucir o ser malvado con Fred, hasta ahora, que parecían destinados a competir por el amor de la misma mujer. Carolina no podía dormir, cuando miró su reloj, eran casi las dos de la madrugada, estaba aún despierta, él no había llegado, ella sabía que debía estar con Maya y no le sorprendía, quería fingir que no le importaba, pero muy en el fondo sup
Leer más
Capítulo XXIII: Disturbios
Fred estaba en los separos junto a esa mujer que le veía con furia y coraje, todo el tiempo no hacía más que maldecirlo, pero Fred tenía mucho miedo, podía aún en su interior recordar las palabras de Richard, sobre que su abuela esperaba darle su herencia, siempre que él demostrara haber cambiado, y aquello solo lo dejaba mal parado, se sentía terrible, seguro de que había desperdiciado su única oportunidad, miró a la joven que estaba a su lado, era una jovencita, debía tener por lo menos unos veinte años, se acercó a ella —Oye, necesito tu ayuda. Ella le miró inverisímil, como si aquel tipo solo estuviera loco de atar —¡Nunca! Ni lo sueñes. —Escúchame, si me ayudas, te juro que te daré lo que quieras. Ella le miró con estupor —¿Lo que quiera? Él sintió algo de temor —Sí, mira, si mi abuela se entera de que he sido yo él causante del accidente, ella me odiará, me desheredará. —¿Tanto así? —exclamó insegura —Te lo juro, pero si te culpas, ella no lo verá mal. Por favor. Ella
Leer más
Capítulo: Maya enloquecida
Más tarde cuando Carolina estaba por salir, se encontró con Richard—¿A dónde vas?Ella le miró miro con ojos severos —¿Por que piensas que tengo que darte explicaciones? —dijo severa—Porque soy tu marido—¡Un marido que me odia! Y que se toma atribuciones que no le corresponden, no vuelvas a atreverte a entrar a mi alcoba ebrio.Richard no tuvo valor de hablar y bajó la mirada.Carolina salió de ahí y tomó su auto, dejándolo solo.Más tarde, la abuela Marian esperó a Fred—¿Qué esperas? Casi son las cuatro de la tarde.Él joven le miró dudoso—¿Cuatro de la tarde?—Debes ver a Sarah.Fred ocultó un gesto de fastidio.—Sí, abuela, justo iba a hacerlo.—Pues iré contigo.Fred abrió ojos enormes y se limitó a sonreír y a seguir a su abuela.Pronto llegaron hasta aquel orfanato, su abuela bajó con su pose de mujer elegante, y ella estaba ahí, de pie, esperándolos, Fred la miró con algo de estupor, por alguna razón esperaba que no viniera y sin embargo estaba ahí.—Muchas gracias por ve
Leer más
Capítulo: Peligrosa
Richard limpió las heridas que Carolina tenía, y ella se quejó terrible de un dolor en la cintura, él intentó levantar su blusa, pero ella se tensó, impidiéndolo —Puedes tener una herida —dijo él Ella se enderezó y levantó su blusa ligeramente, Richard miró su moretón, sintió una rabia profunda, y le aplicó un ungüento, que dolía cada vez que la tocaba, podía notarlo en la forma en que se estremecía y en su gesto —Lo siento, Carolina, Maya pagará por esto. —No quiero volver a verla, ¿Entiendes? Él asinitó —Así será. Luego él le dio un té —Bebe, esto te calmará el dolor y el estrés —ella lo miró, era raro ver a Richard actuar con algo de ternura, tan preocupado por su bienestar, luego de beber, ella sintió mucho sueño, estaba quedándose dormida, hasta que al fin cerró los ojos, Richard aún la veía, parecía tan frágil y sintió pesar, luego una sensación de furia lo invadió, salió de ahí y pidió a la empleada que cuidara a su esposa en lo que él volvía. Richard fue hasta el apart
Leer más
Capítulo: Bailando con las emociones
Richard llevó el desayuno a Carolina pero ella no estaba ahí, el tuvo un miedo, una pregunta interna, ¿Acaso huyó de él? ¿Por qué pensó en él? ¿Y por qué temía tanto?Cuando escuchó ruido en el cuarto de baño no dudó en entrar y verla, ella estaba en la bañera, estaba frotando su piel con jabón perfumado, él la observaba con atención, era como.si ella tuviera un poder de seducción sobre él, no podía dejar de verla y desearla, se acercó tan despacio y ella sintió su presencia, cuando pudo verla se asustó mucho.—¡¿Qué haces aquí?! —gritó ella—Lo siento, si quieres... puedo tallar tu espalda—¡No te acerques! dijo cubriéndose con sus propias manos.Él se acercó a ella y miró sus ojos, había deseo en su mirada, ella pudo sentirlo, su piel se estremeció —¿Acaso me tienes miedo? —dijo Richard—¿Miedo? ¿Qué me harías? —exclamó ellaÉl se acercó —¿Quieres saberlo? —dijo de cuclillas a su lado, muy cerca de su oído—. Te podría tallar la espalda, masajearia tu espalda con tal suavidad y ter
Leer más
Capítulo: Los caminos rotos
El teléfono de Richard resonó y él tuvo que alejarse para responder, entonces, de nuevo, Carolina sintió que recuperaba el control y la cordura que él le estaba robando, y dio unos pasos alejándose de su alcance, luego él salió y respondió pro le pasillo —¡Qué quieres, Maya? Te dije que estoy ocupado —exclamó con voz irritada —¿Acaso no vendrás a verme? —reclamó con voz aguda como si intentara contener su furia —¡No! Y mañana prepárate temprano, iré por ti, e iremos al médico, quiero que él confirme tu embarazo —sentenció Richard y colgó la llamada, cuando miró atrás se encontró con ella, Carolina estaba justo tras él, y Richard sintió una angustia que se clavaba como una punzada en su estómago, se preguntó mentalmente si lo había escuchado todo —¿Maya está embarazada? —entonces supo que sí lo escuchó todo Él bajó la mirada, parecía tan perplejo y solo asintió, pero cuando alzó la vista pudo ver en el rostro de Carolina algo de decepción, hasta tristeza, o eso creyó, ¿Acaso tambié
Leer más
Capítulo: No te amo
—¿No lo está? —exclamó él —No, señor, ella dijo tener un retraso, pero no está embarazada, haremos un examen de fertilidad si usted lo considera oportuno. —Será después, ahora debemos irnos. Richard se despidió del médico y salió de prisa, al hacerlo fijó sus ojos en la mujer con severidad, ella seguía hecha un supuesto mar de lágrimas, lo siguió y subieron al auto, pero notó el gran silencio de Richard, una vez que llegaron a la casa, entraron, ella se sentó en el sofá y se echó a llorar —Juro que la prueba de embarazo salió positiva, ¡Esto es culpa tuya! No me defendiste cuando debiste hacerlo. Richard la miró impactado de sus crueles palabras —¿Qué? Flashback: «Tres años antes: Richard y Maya estaban en la fiesta de compromiso, la abuela Marian no estaba de acuerdo con la boda, odiaba a Maya con todas sus fuerzas, y cuando Richard buscó a la prometida, le dijeron que ella estaba en el despacho de la abuela, él tuvo temor de que discutieran, y cuando entró las escuchó pelear
Leer más
Capítulo: Trampas tendidas por quién menos crees
Carolina empujó a Richard con fuerzas para alejarlo de ella —¡¿Qué haces?! ¿Quién te crees que eres, Richard Steele? ¿Quién crees que soy yo? No soy una muñequita a la que tomas cuando se te antoja, ve a un prostíbulo y consíguete a una, pero ¡A mí me dejas en paz! O te juro que haré que te arrepientas —exclamó con furia, mordiendo cada palabra y él pudo ver que estaba odiándolo Carolina lo empujó y pasó de prisa, él la siguió —¡Carolina, espera! Hablemos —exclamó con mucha desesperación, incluso tocó la puerta, pero sintió la frustración Ella no le hizo caso, entró a su alcoba y cerró con fuerza justo detrás. Tocó sus labios sintiéndose tan extraña, no entendía que pasaba con ese hombre, era como un rayo que siempre colapsaba en su cielo, se recostó en la cama, necesitaba fortaleza para estar ahí, para no querer huir, de pronto su móvil resonó, respondió porque era Marian Steele —Hola, querida hija, ¿Cómo estás? —Hola, abuela Marian, estoy bien, ¿Sucede algo? —Si, hija, decidí
Leer más
Capítulo: Mentir por ti
Al llegar a la casa de campo, Carolina admiró el lugar, la abuela enseñaba el lugar con gusto y calma a Sarah y al pequeño Finneas.Cuando la abuela llevó a Finneas a conocer la piscina, Sarah se distrajo y Fred fue a ella—¿Qué haces aquí? ¿Qué pretendes? Te ayudé un poco, pero no te aproveches.Sarah sintió que su corazón latía mucho y cruzó sus brazos—¿Qué te piensas que soy yo? —exclamó—¿Qué? nada, las pruebas hablan, eres una arribista, ¿Piensas que sacarás dinero de esto?Sarah sintió rabia—Tú dinero me vale un comino, pero tu abuela se oficializó como si madrina y el verano estará con él, así que mientras Finneas esté aquí, yo también.—Buena excusa, pero, entiende una cosa, no seas oportunista, entre tú y yo no hay nada —sentenció—¿Tú y yo? —Sarah rio—. En realidad, ni siquiera me interesas, ni un poco.Fred la miró tan sorprendido era la primera vez que una chica le decía que no estaba interesada en él, de pronto escucharon ruidos, gritos y la voz de una mujer barreando.
Leer más
Capítulo: Silencio
Carolina entró en la habitación que le habían asignado para ella y miró ahí mismo la maleta de Richard, eso le dio nervios, ¿Acaso él iba a dormir ahí junto a ella?Se sentó al borde de la cama, estaba pensativa.Cuando la puerta se abrió y él entró a la habitación, ella no evitó sentirse incómoda ante su presencia —¿Cómo estás?Ella le miró con duda ante su pregunta—¿Yo? Excelente, más bien, ¿Cómo estás tú?—Lamento mucho las ofensas que dijo Maya, ella no volverá a molestarte, por favor, perdóname.Carolina no entendía su actitud —Mejor será olvidar el tema —dijo ellaRichard bajó la mirada parecía tan endeble—La abuela me pidió que te enseñara el lugar, es la primera vez que vienes aquí, así que...Carolina titubeó, pero al final aceptó.Ambos salieron de la habitación, hasta el jardín. Aquella era una hacienda muy grande con jardines bellos, Richard se esforzaba por mostrarle todo ese lugar—¿Solías venir mucho aquí cuando eras niño?—Sí, cuando papá vivía sí, pero, luego de s
Leer más