JULIA.-¡Tráeme otra cerveza!, ¡Tu, la pelirroja!-Grita un cliente y yo de inmediato pongo mi sonrisa falsa y obedezco.Coloco el vaso en la mesa y al darme vuelta el tipo me da una nalgada, y aunque sentí ganas de abofetearlo con fuerza, no lo hice, porque se supone que así es "mi trabajo" así que seguí mostrando mis dientes y me alejé."¿Que te pasa Julia?"-Me pregunté a mí misma, pues últimamente me la paso indiferente y en este tipo de empleo, eso no cotiza.Seguí atendiendo, retomando un poco el ánimo que me representa y al llegar a la barra, se me acerca una de las chicas nuevas y me dice "Te solicitan en la ocho, la que está en la esquina", obvio se dónde está ubicada esa mesa, pero no sentí necesario decírselo, solo agradecí, acomodé mi diminuto delantal, puse mi mejor sonrisa y me encaminé a atender a el que me solicita.Voy caminando con la cabeza gacha, sacando la libreta y el lapicero para anotar lo que vayan a pedir. -Buenas noches encanto, ¿Qué se le ofrece? -Inquirí si
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