GIANNADe repente, tras un tremendo dolor, el más fuerte que sentí en mi vida hasta ahora, vino la calma, un sonido inundó mis sentidos, y toda emoción posible se desbordó de mí con un vibrante llanto.Mi hijo… mi hijo por fin había venido al mundo.Después de ser llevada de regreso a la habitación, todos pasaron y lo conocieron, al pequeño Cameron, un ni.ño enorme, para ser franca, que apenas abrir los ojos mostró unos brillantes jades, un poco más claros que los de su padre, pero que de seguro se oscurecerían conforme creciera.—Dios… tu genética es demasiado fuerte —mascullé a Vik mientras acunaba al pequeño, al que acababa de sacarle los gases.—Va a ser un chico guapo, vaya que sí —comentó él, que me miraba desde el lado.En el cuarto, además de nosotros, estaban Laila, Gregori, Karin y Mark, que nos observaban con interés.De repente, el ni.ño empezó a removerse y volteó, y estiró las manitas como si quisiera que Vik le prestara atención.—Jo… mira, quiere ir contigo. De seguro
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