Nikolay PetrovDesperté por la mañana esperando cualquier cosa, esperando sentir cualquier cosa, pero la verdad me sorprendí aún más de lo que mi marchito corazón podía llegar a sentir por aquella chica, que, sin siquiera esperármelo, se coló profundamente dentro de él. Su espalda desnuda se había convertido en lo que mis ojos deseaban ver cada mañana al despertar, ¿Cómo era posible? No tenía ni la más mínima idea, pero Ivonne se había transformado en mi droga favorita, una que no dejaría ir, por muy loco que sonase, y qué, probablemente acabaría con lo poco de corazón que aún mantengo si es que decidiera irse. Mi teléfono sonó, se trataba del coyote, quien nos viera, ahora me encontraba yo en el lugar que él tuvo hace tantos años, antes de que decidiera, más por inmadurez que por otro motivo, acabar con su relación de años, aunque, en mi parecer, fue lo mejor que pude hacer, no merecía a una mujer cómo ella. —Aleric, dime, ¿Qué sucede? —pregunté, claro que tratando de no hacer muc
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