Capítulo 131 – las peticiones de Axel Neville.
El padre de Dante le sonrió a Emma, como si no llevara entre sus manos la razón de toda la tragedia de la vida de la chica. De forma descarada y cínica, él se paseó por la oficina, hasta sentarse en la silla detrás del escritorio de Emma, silla que le pertenecía a ella, pero la misma con la cual el hombre pretendía enviar un mensaje, que a Emma le llegó alto y claro.–¿Por qué ha venido a verme? – preguntó, viendo las actitudes descaradas de su suegro.–Toma asiento, por favor – él señaló la silla frente a él.Emma dirigió sus ojos al espacio vacío y tras meditarlo un par de segundos, se dio cuenta de que no tenía por qué obedecer las órdenes de Axel, después de todo, era él quien había ido a buscarla, él era el intruso, no ella.–Me quedaré de pie, aquí estoy muy bien.El hombre levantó los hombros con indiferencia, al tiempo en que subía los pies y los cruzaba sobre el escritorio.La mandíbula de Emma quiso caerse al suelo al verlo haciendo aquello, es que, ¿Quién se estaba creyendo
Leer más