Capítulo 144 – un afortunado accidente.
A la mañana siguiente, Dante se despertó muy temprano, justo cuando su alarma sonó, tenía algunos asuntos de trabajo por resolver y aunque la suave respiración de Emma lo invitaba a quedarse un poco más de tiempo entre las cobijas, no podía hacerlo, así que a regañadientes se puso en pie y fue hacia el bañó.Una vez allí, se desvistió, abrió el grifo del agua caliente y se metió debajo del chorro. El hombre se tomó su tiempo para bañarse, enjabonarse y enjuagarse, le gustaba pensar estando bajo el agua, era algo terapéutico.Al escuchar el agua correr tan cerca de ella, Emma abrió los ojos y se incorporó enseguida.–¿Dónde demonios estoy? – se cuestionó, mirando para todos lados, durante algunos segundos le costó reconocer que aquella era la habitación de su esposo – ¿Qué hago aquí? ¡Joder! – refunfuñó, imaginándose lo peor. Su primer instinto la obligó a revisar debajo de las cobijas, pero gracias al cielo estaba vestida, lo que significaba que nada había pasado entre ella y Dante.
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